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Palma a la vista

Un Nobel en el polígono

El colegio público Camilo José Cela, en el barrio de Nou Llevant, recibió en su día la visita del escritor. Saludó uno a uno

La verja roja del colegio le da un aire de película de Hollywood.

El pasado 16 de mayo se celebró el centenario del escritor Camilo José Cela. Por catorce años, no sopló las cien velas. En el polígono de Levante hay una escuela que lleva su nombre, el Centre Escolar Infantil i Primari Camilo José Cela. Es un colegio público, de un barrio con alumnos con orígenes familiares en lugares tan lejanos como diferentes países de África y de Latinoamérica.

El edificio es de dos alturas, y destacan sus persianas y puertas pintadas de rojo. El perímetro del colegio está cosido por una verja también de color rojo. Los días de cielos azules, muy claros, como los del Colliure de Machado, le otorga una imagen de película hecha en Hollywood, muy años 70. Los días brumosos el colegio parece una escuelita japonesa.

Al igual que en la escena de la escuela de Cassasana del Viaje a la Alcarria que escribió Cela se oyen cantar a las niñas a través del tabique, en este CEIP del barrio de Nou Llevant se escucha ese zumbido de colmena propio de recreo de patio de colegio. Y en este caso, muy apropiado para el autor de su casi segura mejor novela, La colmena.

A esa escuela de crucifijo y mapa de España, tristona, como los tiempos de la postguerra española, hoy le suceden colegios como el Cela del polígono. Cuenta alguien, agradecido, que el escritor visitó el centro ubicado en la calle Perú cuando le pusieron su nombre y "saludó de uno en uno a todos".

¿Cuántos colegios llevan el nombre del escritor que dejó familia y residencia, Mallorca, para hacerse portada en las revistas del corazón de la villa de Madrid? Probablemente los mismos que a sus cien años cumplidos le habrán dedicado alguna redacción, algún comentario en la clase, pero muy pocos twitters y likes de facebook?

El tiempo le es ingrato al escritor de los exabruptos, al de castellano perfecto, al que muy pocos leen a no ser que sean alumnos de colegio. ¿Cuántos de sus libros se vendieron con motivo del centenario? ¿La celebración hizo que aumentasen las compras de sus obras? Creo que a los lectores del 2016 les interesa más bien poco su literatura.

¿Quién lee a Cela? En el colegio del polígono, donde algunos niños al salir de clase rezan mirando a la Meca, otros comen guacamole, donde hay muchos problemas, donde cuesta llegar a fin de mes, en el que los alumnos voluntarios ejercen de mediadores frente a conflictos interculturales, ¿qué les diría hoy el Nobel en su particular besamanos?

Seguramente le hubiera gustado un proyecto para aprender a reconocer las letras dirigido a los niños de 3 años, que se ayudaban con pintura y gastronomía. Su tutora fue Francisca Mestre. Ahí si veo a Camilo José Cela, enseñándoles cómo se mastican las palabras a los pequeños.

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