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Entrevista

Berta Paz Lourido: "La salida natural de la fisioterapia es la salud pública pero no pasa en España"

"De 1.000 fisioterapeutas en Balears, hay pocos en centros públicos. Un ejemplo: solo 15 en atención temprana" - "Las lesiones habituales son de espalda, lumbares, rodilla, hombros, propios de una sociedad sedentaria" - "Hay quien confunde a los fisioterapeutas con masajistas. Aún hay mucho desconocimiento"

Berta Paz, una fisioterapeuta gallega afincada en la isla. "Me siento muy de aquí", dice. B. Ramon

Berta Paz Lourido lleva veinte años lejos de A Coruña, donde nació. Eligió Mallorca tras aprobar unas oposiciones del Insalud en una muy reciente especialidad, Fisioterapia -ésta se incorporó al ámbito universitario en los 80 y como diplomatura; con el proceso de Bolonia se ha avanzado y ya hay acceso a doctorado, aunque en los años en que Berta se graduó, tuvo que doctorarse en pedagogía-. Vive en la isla con el corazón partido ya que "llevo Galicia dentro, y me da tristeza ver lo que sucede, tanto que siento la responsabilidad de que en algún momento quizá deberé volver para hacer algo". Al mismo tiempo, "me siento de esta isla", asegura.

A sus 42 años, desborda energía. Es curiosa. Aparte de su profesión como fisioterapeuta, que ahora desarrolla desde la pedagogía como profesora de la Universitat, estudió Comunicación Audiovisual por la UOC. Ahora está centrada en la metodología pedagógica ApS (Aprendizaje-Servicio) que busca la implicación en servicios a la comunidad el tiempo que te estás formando. No debe confundirse con el voluntariado. No está hablando de crear oenegés en la universidad. Está invirtiendo buena parte de su tiempo, que procura no robar a su hija de pocos años, en lanzar en la UIB esta metodología que ya se aplica en otras universidades españolas.

Por el momento, se ha creado la Red Balear de ApS que incluye todos los niveles educativos. Se han implicado un grupo de profesores universitarios, el CEIP Na Caragol, el IES Llorenç García i Font de Artà y la Escola d'Art Superior de Disseny de les Illes Balears.

-¡Debe tener la espalda contracturada con tanta actividad! Menos mal que es fisioterapeuta. Empecemos por aquí. ¿Se les sigue confundiendo con masajistas?

-Sí, sigue habiendo mucho desconocimiento aún pero se está avanzado, sobre todo entre los alumnos que se están matriculando que sí conocen en qué consiste esta especialidad. En 1996 cuando me matriculé en Vigo o en los primeros años en Balears, muchos se matriculaban sin saber exactamente qué era.

-¿Qué es?

-Es un proceso de atención que se inicia con el establecimiento de un diagnóstico fisioterápico y requiere una acción reflexiva de intervención y evaluación, teniendo en cuenta las necesidades de la persona y de sus cuidadores. La fisioterapia no es solo la aplicación de una técnica.

-¿La comunidad balear está bien abastecida en esta especialidad?

-En mi opinión, la salida natural de un fisioterapeuta es la salud pública pero en España no ocurre. Hay pocas plazas; Balears no es una excepción. Hay un millar de fisioterapeutas colegiados pero de ellos solo un número muy reducido trabaja en los servicios públicos. Para que te hagas una idea, en atención temprana, que son los servicios para niños menores de 6 años que sufren o están en riesgo de sufrir trastornos del desarrollo y sus familias, trabajan unos 15 fisioterapeutas en Balears. Lo que obliga a muchos padres a costearse un servicio privado que pueda atender a sus hijos con distintas discapacidades, y claro, muchos no pueden pagarlo.

-¿Se produce un éxodo de los profesionales a los centros privados?

-Ocurre, por supuesto, pero quiero aclarar que soy una gran defensora del servicio público de la salud. He trabajado en él y nuestros alumnos se forman en él, solo que cuando los servicios son limitados y la demanda es mucha los profesionales soportan una carga asistencial que les impide realizar otras actividades relacionadas con su puesto como labores de prevención, de educación para la salud... Estamos por debajo de la media europea.

-¿Es una profesión con salida?

-Es un servicio reclamado. Los hombres suelen inclinarse al ámbito deportivo y las mujeres más al pediátrico. Un cincuenta por cien, al neurológico. No atrae nada sin embargo la geriatría.

-¿No interesan las personas mayores?

-Vivimos en una sociedad que no reconoce sus valores, creen que ya no son productivos. Creo que deberíamos mimarlos más y valorarlos. ¡Es increíble que no se les valore cuando son los que sostienen la sociedad. Cuando se habla de que la esperanza de vida en España es alta, lo vemos como un problema.

-¿Cuáles son las lesiones más frecuentes en Mallorca?

-Las derivadas de una sociedad sedentaria, problemas de espalda, lumbares, de rodilla, hombros. Nuestro cuerpo está hecho para moverse, y lo olvidamos.

-Ha creado la red balear de Aprendizaje y Servicio. Asegura que no tiene nada qué ver con el voluntariado. ¿Puede aclararlo?

-Se trata de aplicar mientras estás estudiando propuestas educativas de servicio a la comunidad, que debe estar bien articulado y asentado en necesidades reales del entorno con la idea de mejorarlo.

-¿La UIB puede ser un buen laboratorio para ponerlo en práctica?

-La universidad no solo forma a futuros profesionales que podrán tener en su trabajo un impacto social, sino que la universidad cuenta con un capital humano que puede colaborar en las necesidades sociales en sus diferentes niveles de formación.

-¿Es una nueva moda que traen las sociedades tecnológicas?

-No es un programa de voluntariado sin vinculación directo al currículum académico, como no es una actividad solo académica o de formación práctica sin compromiso social. En cuanto a la moda, en otros países lleva tiempo funcionando. Aquí en España vamos con más retraso, aunque ya desde el 2001 la Conferencia de rectores de las Universidades Españolas consideró que la Universidad debe asumir un papel protagonista en los procesos de desarrollo humano, explorando y llevando a la práctica nuevas estrategias que construyan una sociedad más justa y participativa.

-¿Las universidades dejaron de formar a humanistas?

-Es probable, por eso creo que es una oportunidad recuperar esa función adaptándola a las nuevas necesidades de una realidad bien distinta. Crea alumnos más críticos.

-¿Puede poner un ejemplo de una aplicación de ApS?

-En el ámbito universitario, aunque esta metodología no es exclusivo de la universidad sino que se aplica en primaria también, la realización de trabajos de fin de grado o fin de máster donde vinculan sus trabajos con necesidades reales de la comunidad.

-¿Cómo ha respondido la UIB

-Hay mucho interés. Los universitarios no son proyectos de futuro; son presentes.

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