Son dos calles del Eixample con pequeños comercios y vida de barrio. Son anchas, arboladas y con fachadas de interés, pero apenas destacan debido a que la mayor parte de su espacio está ocupada por vehículos, tanto aparcados como circulando en los carriles existentes. Se trata de las vías General Ricardo Ortega, en la barriada de Foners, y Rafael Rodríguez Méndez, en es Fortí, y el Ayuntamiento las reformará para que los peatones le ganen terreno al coche. Ambas tendrán aceras más anchas -de 2 a 2,5 metros más-, nuevo arbolado y mobiliario urbano, un carril bici y otro más o dos para vehículos a motor, reduciendo los que hay en la actualidad.

Cort también ha iniciado la redacción de proyectos para otros barrios del extrarradio, aunque la concejalía de Infraestructuras comenzará a ejecutar las obras en dichas calles. Una se hará este mismo año y la otra se llevará a cabo el próximo, tal como afirma el regidor responsable, Rodrigo Romero. "Todavía no sabemos por cuál empezaremos, porque estamos ultimando con el resto de áreas qué otras intervenciones hay que realizar en cada zona, como por ejemplo canalizaciones de Emaya o instalaciones de las empresas de servicios, con el fin de coordinarnos y no realizar obras dos veces en el mismo sitio", según especifica.

Este departamento cuenta con una partida de medio millón de euros procedente de la Ley de Capitalidad destinada a invertir en la "mejora de infraestructuras y accesibilidad en los barrios de Palma", tal como aprobó Cort, el Govern y el Consell en diciembre; y de ahí saldrá el dinero para la remodelación del kilómetro que miden General Ricardo Ortega (700 metros) y Rafael Rodríguez Méndez (cerca de 300).

Problemas de arbolado

Romero detalla que han elegido ambas calles debido a que tienen problemas con el arbolado y se debe sustituir. "Aprovechamos el cambio para hacer una reforma completa y optimizar recursos", en palabras del concejal. Dichos contratiempos con los pinos y plataneros, entre otros, se han producido por su crecimiento a lo largo de los años: "Las aceras de numerosas calles, como estas, no son anchas y los árboles que se plantaron en el pasado crecen muy alto, por lo que las ramas chocan con las fachadas de los edificios y se han ido podando de un lado para que no suceda", explica. Ello ha provocado que reciban más peso del otro lado y se vayan inclinando, por lo que "pueden llegar a caerse. También se inclinan buscando la luz del sol y, además, cuando antiguamente se hacían trabajos en el subsuelo, a veces los operarios cortaban raíces de los árboles sin tener en cuenta que podían ser tensoras", otro motivo para que el ejemplar se debilite y haya un mayor riesgo de caída.

Por todas estas razones, los nuevos árboles serán plantados a un mínimo de tres metros de distancia de las fachadas y se elegirán especies apropiadas para la ciudad con el fin de garantizar un adecuado crecimiento. El área de Infraestructuras de Cort es la que toma las decisiones sobre el arbolado y el resto lo coordina con Movilidad, como planificar la ubicación del carril bici -sobre la acera o en la calzada- y las plazas de aparcamiento.

Parking en cordón

En General Ricardo Ortega, que abarca desde las Avenidas hasta la calle Manuel Azaña, hay dos carriles de circulación y plazas de parking en batería, aunque la previsión es situarlas en cordón con el fin de tener más espacio para ensanchar las aceras. "El objetivo es dinamizar la calle, que la gente pasee por el barrio, ya que ahora no apetece, por lo que también se han proyectado pasos de cebra en badenes para pacificar el tránsito y suprimir barreras arquitectónicas, ya que así los peatones pueden cruzar de un lado al otro sin tener que bajar y subir de la acera", como concluye el concejal del área de Infraestructuras.