A los dueños de Stay Catalina no les gusta el término apartotel, ya que su establecimiento tiene características diferenciadas, por lo que han acuñado el nombre de apartamentos boutique, que combina lo mejor de los hoteles boutique que proliferan por la ciudad con la independencia y amplitud de las -tan de moda- viviendas vacacionales.
Angélica y Félix von Waberer, madre e hijo, tenían varios pisos de alquiler de corta estancia en el barrio de Santa Catalina, pero el anuncio de una regulación por parte del anterior Govern, así como del actual, les llevó a idear este nuevo concepto turístico. Ubicado muy cerca de la plaza de la iglesia, el tradicional edificio cuenta con cinco apartamentos completamente equipados, dos de ellos con dos habitaciones y dos baños, muy demandados por familias con niños.
"Cada vez más turistas quieren tener su propio espacio, sobre todo los que ya conocen la isla y buscan disfrutar de la estancia de una forma más autónoma y en un ambiente más residencial", en palabras de Félix. "La cercanía del mercado es un valor añadido porque les encanta ir a comprar allí y se sienten como un vecino más", argumenta sobre la nueva tendencia del turismo.
Sentirse un residente más es uno de los factores del éxito de las viviendas vacacionales, pero su proliferación "está provocando una bajada de la calidad", según el copropietario de Stay Catalina. Por ello, buscaron diferenciarse en este aspecto y ofrecer servicios de hotel, como la limpieza, el desayuno -"una cesta tradicional con productos del mercado"-, la recepción, artículos de higiene e incluso recomendaciones sobre lugares que visitar y restaurantes del barrio, ya que Félix vive allí desde hace 14 años.
Como conocedor del alquiler de corta estancia, considera que la regulación que pretende llevar a cabo la conselleria de Turismo "debería dar prioridad a ofrecer unos estándares de calidad y unas garantías a los turistas". Al responsable del establecimiento de la calle Bayarte no le importa que este tipo de apartamentos sean una competencia directa, pero "si el Govern no permite abrir hoteles de menos de cuatro estrellas para que haya calidad, también debe controlar eso en las viviendas vacacionales". Por si no ocurre, existe la opción de los apartamentos boutique.
