Cada vez es menos habitual ver por las calles del casco antiguo un guía levantando un paraguas o un cartel y un grupo de turistas tras él. Las rutas guiadas se han modernizado y diversificado en los últimos años para facilitar los desplazamientos a los visitantes y ofrecerles alternativas donde, además del interés cultural, se vende una movilidad diferente y lúdica. Durante esta temporada turística se han estrenado en la ciudad dos nuevos medios de transporte eléctricos, el calessino y el triciclo, que se suman a los más rodados aunque también modernos segways, así como a las bicicletas eléctricas. De todos modos, quienes visitan Palma, sus calles y monumentos más emblemáticos, también pueden optar por las bicis de toda la vida, las tradicionales calesas, el bus turístico, los taxi-tours o el más barato de todos, el coche de San Fernando.

La modernidad no está reñida con la tradición, por lo que a los creadores de The Thomas Circus se les encendió la bombilla de este nuevo negocio cuando la compañía italiana Piaggio lanzó una edición limitada de los Ape Calessino por el 60 aniversario de estos característicos vehículos de tres ruedas que tanto evocan la Dolce Vita de Fellini. Hicieron una versión eléctrica y sólo hay cien unidades en todo el mundo, de las que cuatro circulan por Ciutat con turistas a bordo. Para realizar una ruta guiada, les han instalado una tablet conectada a un reproductor que funciona como audioguía. El viernes lo probó un grupo de agentes de viajes especializado en turismo de lujo, que comenzó el recorrido en el hotel y se trasladó por el paseo Marítimo hasta el casco antiguo y las calles comerciales.

Estos peculiares vehículos ya circulan con turistas por Roma, París o Berlín, y ahora lo hacen en Palma para "ofrecer un servicio diferente y divertido en un sector, el turismo, que es el que mejor está aguantando la crisis", como explican los responsables, Belén Suárez y Antoni Nicolau.

La marca The Thomas Circus llama la atención. Cuando la lees en las portezuelas delanteras de los calessinos, te imaginas que a continuación va a aparecer un desfile de payasos, malabaristas, elefantes y trapecistas. "Invita al optimismo, a la ilusión, aunque la palabra circo también hace referencia al trabajo constante y a una gran familia", explican los impulsores. Respecto a Thomas, lo eligieron para homenajear al inventor Thomas Edison, ya que se trata de vehículos eléctricos.

Ventajas municipales

El Ayuntamiento empezó a dar importancia a los automóviles propulsados con electricidad durante la pasada legislatura, con la instalación de enchufes en los aparcamientos municipales para que los dueños de este tipo de coches puedan recargarlos allí mientras están aparcados. En el actual mandato, el equipo de gobierno de Mateo Isern ofrece a los propietarios estacionar en las zonas ORA sin coste, además de un descuento en el impuesto de circulación. Para diferenciarlos, llevan una pegatina en el cristal delantero con las siglas MELIB (Movilidad Eléctrica de les Illes Balears), aunque no hay muchos por su escasa autonomía.

El tiempo de funcionamiento antes de que la batería se acabe es suficiente para realizar una ruta turística por el casco antiguo e incluso llegar hasta el castillo de Bellver, de ahí parte de su éxito. Por ejemplo, el calessino tiene hasta 70 kilómetros de autonomía y su velocidad máxima es de 40 kilómetros por hora.

El triciclo eléctrico alcanza una velocidad similar. Rueda con turistas por esta ciudad desde el inicio de la temporada a cargo de la empresa Palma On Wheels. Su guía, Darío Saiz, explica que una de sus mayores ventajas es "su seguridad gracias a que es muy estable, debido a que tiene tres ruedas, por lo que puede ser utilizado por gente mayor y niños, y hasta se puede añadir un sillín para ir sentado", detalla.

Saiz achaca el creciente éxito de los vehículos de este tipo a que "a la gente le encanta deslizarse y probar nuevas experiencias, más aún si son turistas, porque están en un lugar desconocido y quieren sorprenderse". Cuando realizan una ruta por el casco antiguo, a veces circulan hasta 30 triciclos eléctricos, "siempre en fila india, con cuidado para no molestar y evitando lugares con gran afluencia".

Lo mismo recomiendan las empresas de segway implantadas en Ciutat. "Nunca vamos a más de diez kilómetros por hora para no tener problemas, aunque los turistas son muy responsables", como destaca Patricia Juárez, de Segway Baleares. La mayoría de sus clientes, sobre todo de origen británico y alemán, conoce este transporte por haberlo utilizado en más urbes europeas, pese a que "para otros es novedoso", añade sobre un vehículo que su empresa trajo al casco antiguo hace ya ocho años.

La bicicleta eléctrica no está en la categoría de novedad, pero "cada vez es más demandada", asegura el propietario de Palma On Bike, Alfonso Sánchez, quien destaca su principal ventaja: "Se puede cubrir una gran distancia sin esfuerzo, por lo que es muy práctica para los cruceristas, por ejemplo". También le piden bicis manuales, aunque la moda en las rutas turísticas de Ciutat es sacar el máximo partido al invento de Thomas Edison.