Can Miquel lleva 32 años sirviendo helados, tartas y pastas a palmesanos y turistas. Tres décadas después, la emblemática heladería estrenó ayer un nuevo local en la cercana calle Montcades, aunque mantendrá el de Jaume III, donde han estado desde 1979.

La reforma ha permitido ampliar su espacio con una capacidad para 80 personas. Ni que decir que seguirá ofreciendo su amplia selección de helados, desde los más tradicionales hasta los más innovadores. Actualmente disponen de hasta 92 variedades, de las que 24 son de diversos tipos de chocolate.

En Can Miquel trabajan activamente hasta tres generaciones de la misma familia: Miquel Solivellas y su mujer, Pola; su hija Teresa y el yerno, Juan; y sus nietos, Maria Antònia, Pedro y Marta, que colaboran siempre que pueden.

Las obras han durado tres meses y el responsable del diseño y de la distribución del local ha sido el arquitecto José Ferragut. "Me vinieron a buscar para que me hiciera cargo de la distribución y de la decoración del local", contó Ferragut.

"Le he querido dar un aspecto de bar de casino o de chocolatería, por eso escogí unas butacas muy altas y las lámparas de Santa Cole. No pretendemos ser Can Joan de S'Aigo", aclaró el arquitecto.

El establecimiento es el resultado de la unión de dos locales: una antigua cochera, perteneciente a un edificio gótico primitivo que ha dejado al descubierto un arco de medio punto, donde se ha respetado al máximo las cualidades arquitectónicas del inmueble, y un pequeño local en la calle Can Serra de Marina".

Satisfecho con la reforma, Solivellas comentó que ahora "podemos ofrecer más variedad de sabores, bombones, y dulces típicos mallorquines. Es un local más amplio para que nuestros clientes estén cómodos y tranquilos´´, añadió. El de Can Miquel se les había quedado pequeño.

Durante estos años la heladería no ha dejado de innovar porque han ofrecido más de 92 sabores distintos gracias a la variación de los ingredientes de algunos de los helados. ´´Nuestro gusto coincide con el de nuestros clientes o viceversa´´ afirmó sonriente el propietario del negocio refiriéndose a la buena acogida que han tenido siempre sus productos. ´´Nuestra propia publicidad son nuestros productos artesanales´´ añadió.

El boca a boca ha traspasado fronteras porque hasta ha sido noticia en el New York Times y en revistas de China. Entre sus clientes, la Familia Real española.