El edificio de la antigua fábrica de zapatos Gorila, situado en el barrio de la Soledat, no podrá ser objeto de la piqueta, porque Cort ha decidido protegerlo. Se trata de "uno de los pocos ejemplos de arquitectura industrial de estilo racionalista" que todavía quedan en Palma, tal como destaca la asociación proteccionista ARCA. Esta entidad instó a la Comissió de Centre Històric i Catàleg del Ayuntamiento a que preservase dicho inmueble por su valor y se ha considerado favorablemente dicha petición, por lo que ahora Urbanismo iniciará los trámites para modificar el planeamiento e incluirlo así en el catálogo de inmuebles de interés histórico, arquitectónico o artístico. Esta decisión se adoptó en la reunión del pasado jueves de la Comissió de Centre Històric.

Según detalla la asociación ARCA, la antigua fábrica se halla en "un área que también podría calificarse de conjunto histórico industrial", debido a que existen diversos ejemplos de fábricas del siglo XIX, como es el caso de las edificaciones de Can Ribas, que el consistorio está en proceso de rehabilitación dentro del plan de ampliación y mejora de la calle Brotad. Además, en el barrio de la Soledat "aún se conserva la tipología de viviendas de obreros del siglo XIX y principios del XX, y su trama urbana, valores que también han sido reconocidos por la Comissió", como aplaude la asociación proteccionista y que tilda de "hito" en este sentido.

De 1938

La antigua fábrica de la firma de zapatos infantil fue construida en 1938 por el arquitecto Guillem Muntaner y es una de sus obras más importantes, según señala el experto Miguel Seguí Aznar. Su estilo racionalista se combina con rasgos regionalistas, por lo que el edificio puede ser calificado de "ecléctico".

Otro inmueble a preservar que la asociación palmesana solicitó y consiguió con anterioridad fue la fábrica de Gomes Pons, en la calle Joan Crespí, que también es de estilo racionalista.

Pese a que ARCA ha logrado estas protecciones, su interés por preservar el pasado industrial de Ciutat no siempre ha tenido los mismos frutos, ya que intentó sin éxito paralizar el derribo de la antigua fábrica Coromines. En otro ámbito de la arquitectura, ha luchado también por conservar las possessions de Palma.