El poblado gitano de Son Banya no estará completamente desmantelado al finalizar el presente mandato en mayo del próximo año, pero quedará "herido de muerte", según afirma el teniente de alcalde de Bienestar Social, Participación Ciudadana, Economía y Cultura, Eberhard Grosske.

Grosske reconoce que su afirmación de que el poblado podría ser derribado "en un mes" si hubiera voluntad política fue "una exageración", aunque sostiene que, a finales del mandato, el proceso de desmantelamiento, con la aplicación del plan aprobado en julio de 2008, "será irreversible".

En estos momentos, el Patronat de Rehabilitació i Reinserció Social, heredero del antiguo Patronat Alberg Son Riera, está ejecutando la primera fase del programa, consistente en el realojo voluntario de las familias que quieren abandonar el poblado.

No todas pueden hacerlo. Para ello, y para que puedan optar a una vivienda en Palma en régimen de alquiler subvencionado en función de sus necesidades y con opción de compra, deben reunir una serie de requisitos. La gerente del patronato, Antònia Roca, afirma que esta primera fase de realojos voluntarios no tiene fecha de finalización. Se va trabajando con las familias que lo piden.

En este sentido, desde 2008 hasta ahora, se ha experimentado un incremento notable de las solicitudes para acogerse al programa. De hecho, en 2008 sólo hubo siete familias inscritas, en 2009 fueron quince y durante 2010 han sido cincuenta. Este incremento de solicitudes se ha visto reflejado también en el aumento de las personas que han sido realojadas, que han pasado de las once en 2009 a ser treinta y nueve en 2010.

En conjunto, el total de familias que han salido del poblado a lo largo de los dos años de la vigencia del Plan ha sido de tres (once en 2009 y doce en 2010).

Derribo de las barracas

Cuando una familia abandona el poblado inmediatamente después se procede al derribo de la barraca que ocupaba. De esta forma, cuando se inició el plan, según el censo realizado en 2008, había en el poblado un total de 138 chabolas; el año pasado el número había descendido a 120 yal finalizar este año será de 106.

Así pues, se han derribado un total de 32 construcciones (un 23% de las existentes , 18 en 2009 y 14 en 2010. Cuando hace dos años, antes de iniciar el programa de realojamiento voluntario se realizó el último censo en el poblado, se contabilizaron un total de 138 barracas, 110 familias y 460 personas. Desde aquel momento ya no se permiten nuevas inscripciones en el censo.

Para poder acogerse al programa voluntario de realojo, las familias deben tener adjudicada una caseta en el poblado, además de reunir una serie de requisitos. Las que los reunen pueden optar al alquiler de la vivienda que se les asigne en Palma en función de sus necesidades en régimen de alquiler con opción de compra. Además del contrato de alquiler, que puede ser subvencionado en función de los recursos de cada familia, también se firma un contrato social, en el que se comprometen a cumplir una serie de requisitos. Entre ellos, garantizar su integración en el barrio y a escolarizar a los menores, a los que también se les realiza un seguimiento sanitario.