El presidente de la Asociación de Vecinos de la Platja de Palma, Francisco Nogales, critica que nadie haya puesto remedio a esta situación antes de que la tensión vaya a mayores. "Nunca ha habido tantos (vendedores africanos) como ahora. Los turistas están molestos porque, en muchos casos, les agobian. Y los comerciantes pierden clientes", subraya. El reparto de los carteles racistas ha sido el síntoma de que la Platja de Palma se ha convertido el verano de 2010 en un polvorín. "De haber tachado a algún vendedor, tendrían que haberlo hecho con uno blanco también", propone Nogales. Hace unos días que los vecinos tuvieron constancia de que existían estos carteles. El presidente de la asociación de vecinos de la Platja de Palma insta a las autoridades a que tomen cartas en el asunto. "Los políticos no pueden estar de brazos cruzados mientras ocurre esto ante sus ojos. Todo el mundo tiene derecho a comer, pero los comerciantes pagan impuestos y los vendedores ambulantes no", apostilla Nogales. La calle de la Cerveza y la del Jamón concentran este problema.