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El ingenuo seductor

La Constitución que no se cumple

Rajoy asegura que no piensa reformar la Constitución para contentar a aquellos que no quieren cumplirla. Desde 1978, hay más de una veintena de artículos que el Partido Popular, al igual que otros partidos, no cumple

Nuestra Constitución está a las puertas de cumplir cuarenta años. El pasado miércoles cumplió treinta y nueve pero, como las madres que cuando tienen algo que reprocharte siempre pronuncian tu nombre completo o aluden a tu edad sumándote un año más, he optado por redondear la efeméride. Llama la atención que aunque el clima político y social en España clama una reforma de la carta magna, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, reconoció que solo se planteará la reforma si existiese "una idea clara de lo que hay que hacer". Rajoy es el agujero negro de nuestra política. Nadie entiende muy bien cómo se ha creado, cual es su razón de ser, pero todos tenemos claro que caer en él es terminar en otro universo: el del suyo beneficio político.

Porque nunca este país tuvo una idea más clara de lo que hay que hacer con la Constitución. Reformarla. De arriba abajo. Otra cosa es que al presidente del Gobierno y a su cuadrilla política les guste aquello que hay que corregir, reformar o rectificar. Y por si no le hubiésemos entendido bien -algo bastante lógico tratándose de quien se trata-, Rajoy añadió que no piensa abrir el debate de la reforma de la Constitución para "contentar a aquellos que quieren liquidarla y no quieren cumplirla".

Desde 1978, nuestra Constitución tiene más de una veintena de artículos que no se cumplen. Y el Partido Popular y el PSOE, siempre con la complicidad de los partidos nacionalistas, han diseñado políticas y leyes que han animado a incumplir esos artículos cuando no los han vulnerado directamente. Por ejemplo, el artículo 35, que trata del derecho de todos los españoles al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia. En España, la reforma laboral del Partido Popular ha logrado que los ingresos de los que ganan menos se hayan hundido un 41%. Sin embargo, el empresario gana más a cuenta de lo que hace ese trabajador por menos dinero. Si por el PP fuera, el salario mínimo interprofesional se congelaría y tampoco parece ofenderle demasiado que la Comisión Europea considere que España está a la cabeza de la Unión en desigualdad, abandono escolar, jóvenes ninis y riesgo de pobreza. Algo que, por otra parte, no cumple con el artículo 40 de la sagrada Constitución que habla de su obligación de crear condiciones favorables para el progreso social y económico con una distribución de la renta más equitativa. Eso es no cumplir la Constitución.

El artículo 31 versa sobre que todos los españoles contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo. No plantea ninguna excepción para los miembros de los partidos políticos. El coste del fraude fiscal en España asciende a unos 70.000 millones de euros al año. Y en los últimos dos años, el PP ha participado en, mínimo, cuatro delitos de fraude fiscal. Ese artículo lo podríamos relacionar directamente con el 103 que explica que "la Administración Pública sirve con objetividad los intereses generales (?) con sometimiento pleno a la ley y al Derecho". Los casos de corrupción en la administración pública son norma. Eso es no cumplir la Constitución.

El mantenimiento de un régimen público de Seguridad Social que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad queda reflejado en el artículo 41 de la Constitución. Rajoy se ha fundido, en cinco años, el patrimonio de la Seguridad Social a base de meter la mano en la hucha de las pensiones. Hasta el 2010, el patrimonio de la Seguridad Social iba en aumento. Al cierre del ejercicio de 2016 estaba en menos 176 millones de euros. Eso por no entrar en las dificultades para cobrar una prestación de desempleo en España y las consecuencias que provoca en el sistema crear empleo de baja calidad y salarios precarios. Eso es no cumplir la Constitución.

Puedo añadir el artículo 27.5 (garantizar el derecho a una educación de calidad para todos), el 47 (derecho a la vivienda), el 43 (organizar y tutelar la salud pública a través de medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios), el 44.1 (promover el acceso a la cultura), el 44.2 (promover la ciencia y la investigación científica), el 16 (ninguna confesión tendrá carácter estatal), y podríamos ir sumando artículos constitucionales incumplidos por el propio Gobierno de la nación hasta quedarnos sin aliento. Sin embargo, Rajoy es tajante con los que incumplen la Constitución exclusivamente en el artículo de la soberanía nacional.

No sé si es cierto que nuestra Constitución no ha envejecido bien o bastaría con cumplirla de una puta vez. Lo que sí resulta evidente es que, desde el 6 de diciembre de 1978, nos han pasado muchas cosas y resulta extraño que la única que ha reflejado nuestra Constitución ha sido la impuesta por los mercados para frenar el gasto público en nombre de la estabilidad presupuestaria. Necesitamos una nueva Constitución. Una carta magna que no solo tenga padres. También madres. La entrada de jóvenes constitucionalistas que dejen a los abuelos de la Constitución descansar en paz.

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