Diario de Mallorca

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Norberto Alcover

En aquel tiempo

Norberto Alcover

Calores diferentes

Estábamos en ascuas y el clima aumentó la sensación de fuego ambiental. Nos preguntábamos cuál sería la conclusión del congreso del socialismo español, tras una larga serie de idas y de venidas de unos y de otros, y el calor atosigante nos hacía estar a la espera con extrañas dosis de esperanza. Insisto. Extrañas. Y es que nuestro calor es húmedo, al contrario de la meseta central, donde las pasiones son rotundas, aunque provoquen convulsiones. Aquí alguien puede estar contigo hasta la muerte y de pronto estar con el adversario sin proceso de maduración. Como las olas, que nunca sabes si van o vienen. En la meseta, repito, no. O van o vienen. Tenían decidido la victoria de Pedro Sánchez y así ha sucedido de manera estrepitosa. Calor húmedo, nada de nada. Calor intensivo, seco, sequísimo. Calor mesetario.

De la misma forma que camina el vencedor, un tanto cual vaquero del oeste, cinturón bajo, pantalones rudos, camisa blanca pero rotunda, mirada al frente, corpachón compacto, hacia la meta? de donde, como en nuestro caso, le habían hecho saltar de manera poco limpia pero tal vez, al final, positiva para él y su proyecto. Porque ha retornado y sus pistolas no han hecho más que disparar sobre los enemigos de entonces. Apártense, que llego yo. Nada de calor húmedo, un calor mesetario de tomo y lomo. Plomizo. Ha llegado para quedarse un tal Pedro Sánchez porque los militantes lo han querido. Sobre todo militantes jóvenes, una raza extraña donde las haya. Nuevos. Hartos. En busca de salida posible para su desesperanza. Hijos de la crisis. Hijos de los hijos del sistema. Y al otro lado, gente como Trump o May o Putin, incluso como Merkel o Macron. Obama pasó. Las promesas de la socialdemocracia también. Rompamos y retornemos a la verdad de las siglas. Incluso, más allá de las siglas.

El tiempo de la gestora le ha venido buenísimo al hombre del oeste: tiempo para estrategias, para amistades más sólidas, para observar a líderes adversos, para seguirle la pista a los populares de Mariano Rajoy, ese hombre siempre quieto aunque mueva los brazos mecánicamente al andar, para dibujar sin errores el mapa de su propio logo, puño y rosa, esa historia inacabada por el miedo y la inquietud a la pérdida conclusiva. La gestora que le quitó le acabó por dar lo imprevisto, tiempo para urdir un auténtico poder. Quienes le aclaman, está claro. Quienes están en su contra saben que intentará anularlos sin dudarlo un ápice. Le vendieron, aunque la venta haya resultado un tiempo excelente para el retorno. La gestora ha permitido que Pedro Sánchez volviera mucho más fuerte, supongo que sin esperárselo. La gestora está callada. Habrá que estudiar el discurso cerebral de quien la gestó. El asturiano silencioso y eficaz. Ese paradigma indefinido, cuyas intenciones algún día conoceremos? El calor húmedo abandonó la partida. Calor seco. Tozudo.

Con un González golpeado como nunca, icono insatisfecho del joven iconoclasta, y los barones ninguneados, solamente recuperados determinados emblemas del omnipresente Zapatero, no preguntamos por el futuro del puño y de la rosa. Sobre todo por el asunto del estado plurinacional, cuando los nubarrones autonómicos avanzan con interrogantes tan oscuros para todos. ¿Era el momento mejor para la aparición de un líder socialista plurinacional? El tiempo dirá. Y está ese hombre con el pelo al viento, dialéctico hasta las cachas, que sigue la pista del tipo mesetario, seco y duro, como condición de posibilidad para alcanzar el poder pretendido. Peligro, a no ser que lo sueñes como compañero de camino. La izquierda total. Mariano Rajoy excluido por fin. El sueño de una noche de verano? ¿o no?

Como la humedad se ha ausentado de la vorágine, en esta aventura no hay matices: Andalucía lo sabe. Nos esperan tiempos de pura y dura confrontación. De extrañas (o la mar de lógicas) amistades. Cuidado con los zarpazos inesperados. Atención a los auténticos dueños de los lingotes. No basta con los militantes. Son necesarios estrategas de mayor alcance. En general estrategas con visión de conjunto, sin ampliar el mapa de los trocitos del mapa. Pero la socialdemocracia ya no será la misma. Seguramente ha nacido algo diferente. Puede que socialismo a palo seco. Pero sería absurdo hacer quinielas prematuras. El calor seco.

N.B.: Finalizadas estas líneas, conozco el nombramiento del Antonio Vadell como obispo auxiliar de Barcelona. Como mallorquín, me siento muy satisfecho. Como creyente albergo grandes esperanzas, y como sacerdote, me pongo a su disposición.

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