Dentro de la siempre sorprendente democracia de EE UU hay una figura que es menos habitual en otras del orbe, la del independiente, una versión del héroe solitario. Seguramente hunde sus raíces en el fondo de armario individualista del país, y su imagen mítica se acuña en Solo ante el peligro, Shane, El jinete pálido, Los intocables, etcétera. El caso es que en los momentos difíciles suele salir alguien así, y ahora ese espíritu errante ha encarnado en el exjefe del FBI James Comey. A veces el independiente en EE UU sobreactúa para demostrarse a sí mismo que lo es (como en la reapertura de la investigación sobre los correos de Hillary, que la llevó a perder), pero manteniendo cierta contención en el gesto. En España esta flor no se da, y cuando el milagro surge le puede el aura y cae en la desmesura, caso de Garzón, por ejemplo. Esto se debe a que nuestro mito de referencia es Don Quijote.
