Si tras el 26J se repite el proceso del 20D, con la negativa de Rajoy a intentar la investidura seguida del intento fallido del representante del pacto PSOE-Ciudadanos, resultaría perfectamente legítimo que el jefe del Estado tanteara (al menos) la posibilidad de proponer a una personalidad independiente, con prestigio, que no estuviera sometida a disciplina de partido. La Constitución (artículo 99) lo permite sin ninguna duda, puesto que tan solo establece que el candidato será propuesto por el Rey tras consultar con "los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria". En otras palabras, el monarca tendría la oportunidad de sondear los apoyos que lograrían diversos candidatos con los líderes políticos, hasta encontrar a la figura idónea. En realidad, hay varios nombres circulando por los mentideros políticos, exministros económicos de peso, personalidades de la institucionalidad económica, etc. Entre los exministros, suenan Josep Borrell, que lo fue con Felipe González, y Josep Piqué, que formó parte de los ejecutivos de Aznar. Entre los personajes de peso económico, se cita a José Manuel González Páramo (1958), que fue miembro del Comité Ejecutivo y del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo entre 2004 y 2012, y que podría ser aceptado por la derecha y por la izquierda; en la actualidad es consejero del BBVA. Tiempo habrá de buscar más nombres y/o de remachar los circulantes si el futuro se encamina en esta dirección.
