La primera impresión de las tendencias de voto conocidas, que ahora se refuerzan con la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) divulgada ayer, es la de que todo se debate entre el deber ciudadano de votar y los escasos estímulos para hacerlo. El voto decidido se mantiene fiel y abunda una volatilidad del 32,5% que elegirá su papeleta en el último momento o en función de lo que vea y oiga en el transcurso de la campaña electoral que se inicia hoy.
En esta nueva oportunidad comparecen ante las urnas más coaliciones que en diciembre. Si atendemos a la estimación del CIS, esta confluencia resulta beneficiosa para sus integrantes. Es un pronóstico que vale por igual para Balears y el conjunto de España. El PSOE, el partido que más arriesgó en la parca undécima legislatura incapaz de formar Gobierno, es quien más se ve perjudicado en todo ello. Siempre según el CIS, Units Podem Més adelantará a los socialistas en Balears logrando un tercer diputado y arrebatándoles un escaño y la segunda posición. Lo mismo hará la coalición entre Izquierda Unida y Podemos, con respecto al PSOE, en el reparto global de posiciones en el Congreso. Ciudadanos se mantendría igual, es quien pierde más votos, apenas un diputado total que sí conserva en este archipiélago. En este punto hay que advertir, sin embargo, que el CIS, en diciembre, erró de forma estrepitosa con respecto a esta formación.
El resultado de todo lo dicho viene a ser que el PP volverá a ganar las elecciones, conservando el 29,3% de los votos apenas la pérdida de 3 diputados y que el sorpasso se da por cantado con un máximo de 92 escaños 25,6% del escrutinio para Podemos, en detrimento del PSOE que pierde una docena para situar su mejor probabilidad en 80. Será la primera vez en que los socialistas desciendan a la tercera posición de la correlación de fuerzas políticas españolas. Se vislumbra un claro intercambio de posiciones entre Podemos y PSOE.
Aunque la victoria del PP se pronostica como certera, también se deja claro que lo hará en franca minoría. A lo sumo obtendrá 121 diputados, lo cual también es la confirmación de que la alianza de Unidos Podemos y PSOE le superarán tanto en escaños como en votos.
Se abre la posibilidad de formar Gobierno a partir de una compleja confluencia de izquierdas, pero también la de que el PP lo mantenga en minoría. La campaña se vuelve incierta a partir de los márgenes de maniobra abiertos. En ella se tendrá en cuenta que Podemos y PP son los partidos con votantes más fieles y Ciudadanos el que pierde más. También que la valoración de los líderes es inversamente proporcional a su capacidad de captar sufragios. El CIS dice que Alberto Garzón es el mejor valorado y Mariano Rajoy el que menos confianza provoca. Hay cierta incongruencia en todo ello.
