El ejecutivo alemán de Angela Mekel ha acordado un conjunto de medidas sobre acogida e inmigración que ha sido negociado intensamente por la CDU, la CSU y el SPD que como es sabido gobiernan "gran coalición". El pacto, de seis páginas, que ahora será remitido a los länder para su estudio y que el gobierno alemán aprobará definitivamente el 24 de mayo, cuando será remitido al parlamento, pretende simultáneamente facilitar la integración de los refugiados y sancionar a quienes no cooperen en este designio. La futura ley asignará la residencia inicial a los inmigrantes para evitar que se concentren en guetos o exclusivamente en zonas urbanas; impondrá cursos de lengua y cultura alemanas; creará puestos de trabajo reservados a los inmigrantes, por lo que se suspenderá temporalmente la norma de que para contratar a un inmigrante solicitante de asilo es preciso que no haya un candidato alemán o de la UE al puesto de trabajo? En definitiva, la ley plantea una razonable transacción: se da acogida a quienes de buena fe estén dispuestos a adaptarse a la sociedad alemana que los acoge. Ciertas minorías ideológicas de ambos extremos plantean objeciones a esta norma, que trata de responder con realismo al reto del más de un millón de inmigrantes que esperan quedarse en Alemania, el 40% de los cuales son sirios. La respuesta consensuada a este problema parece sin embargo una muestra de sensibilidad y de sentido común.
