Concluida la segunda ronda de consultas, el Rey ha comunicado al presidente del Congreso su propuesta de que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, intente formar gobierno y se someta a una votación de investidura. Mientras Mariano Rajoy ha seguido anclado en sus trece, rechazando la invitación a ser candidato, tal como ya hizo en la primera ronda, al no conseguir ni el voto positivo de C's, ni como mínimo la abstención de los socialistas en una segunda vuelta.
Pero los socialistas, Pedro Sánchez, ¿están en condiciones de aceptar el encargo con ciertas garantías de éxito? Lo tiene muy difícil, pero como mínimo tiene que intentarlo, evitando si es posible unas nuevas elecciones que (casi) nadie desea. Deberá pasar de las palabras a los hechos. No es suficiente enviar simples señales de humo, sin contenidos ni propuestas, tal como ha hecho Rajoy en búsqueda de socios. Según fuentes cercanas a los entornos de Pedro Sánchez, está avanzada la redacción de un documento de mínimos que incluya bases comunes fundamentadas en los distintos programas electorales. Tal documento abierto debería servir de base a las negociaciones para alcanzar una mayoría parlamentaria amplia y plural que sea capaz de consensuar las imprescindibles reformas legislativas y posibilitar un gobierno reformista y de progreso capaz de aplicar políticas alternativas a las desarrolladas por los populares de Rajoy.
El primer escollo lo tiene en su propia casa. Algunos barones que filtran diversas intervenciones críticas con Sánchez en el comité federal a la prensa, y exministros y algunos otros que se autoconsideran "referentes históricos" (?), que publican comunicados contra cualquier posibilidad de llegar a acuerdos con Podemos o similares (¡antes les queda el gran pacto con Rajoy!). Además, su cabreo es profundo: El tal Sánchez, sin consultarles previamente, se ha atrevido a anunciar que en el caso de llegar a un posible preacuerdo con otras fuerzas políticas consultará su contenido con los militantes, antes de presentarlo al comité federal que debe dar su definitivo visto bueno. ¡Pecado mortal! Se corre el "riesgo" de que la militancia apueste por una mayoría parlamentaria plural y por un gobierno reformista y de progreso alternativo a Rajoy y compañía.
Podemos, especialmente Pablo Iglesias, tampoco facilita la labor a pesar de afirmar que ellos apuestan por un gobierno de progreso, en su última rueda de prensa de anteayer no utilizó el tono de hace diez días, donde se autonombró vicepresidente y anunció que como mínimo la mitad de los ministros serán de Podemos. Esta vez se disfrazó de oveja paciente, dando consejos a Sánchez, recordándole (por si acaso) que si llega a ser presidente es gracias a su bondad (la de Pablo Iglesias). Sigue insistiendo en que los votantes del PSOE, Podemos y IU son mayoría, pasando por alto que para formar gobierno lo que cuenta son los escaños. Y ahí no hay mayoría, Son necesarios los votos de C's, y/o de otras minorías múltiples. Cabe confiar que detrás de tal pieza teatral hoy otros miembros sensatos en Podemos dispuestos a negociar. En referencia a Ciudadanos me quedo con dos recientes expresiones de sus líderes. Gobernar con Podemos-PSOE, no. De momento "no por ahora". Pero sí es posible legislar en común en asuntos como la ley electoral, medidas de regeneración democrática...
En caso de fracaso, posible pero no inevitable, son muy probables nuevas elecciones. Pero Sánchez, como mínimo lo habrá intentado dando un paso al frente, mientras otros seguirán jugando al ratón y el gato.
