Diego Colón de CarvajalDIRECTOR GENERAL DE ASTILLEROS DE MALLORCA

“Nuestra competencia no está en Palma, sino en Holanda, Francia, Italia o Florida”

El asturiano Diego Colón de Carvajal es director general de Astilleros de Mallorca desde 1992. Llegó a la empresa once años antes como jefe de producción. Se muestra orgulloso del cambio de rumbo que tomó la empresa desde que él cogió el timón: se especializaron en transformar y reacondicionar navíos -que por aquel entonces era un mercado incipiente- en vez de seguir construyéndolos. Recuerda que uno de los proyectos más sorprendentes que les llegaron vino por una crisis matrimonial. “Un cliente se divorció de su mujer y la nueva novia le obligó a cambiar la decoración del barco para que estuviera a su gusto”, apunta. Alguna de las remodelaciones más caras que han ejecutado ascendió a 16 millones de euros. “Tenemos fama de no hacer las cosas mal. El porcentaje de clientes fieles es muy elevado. Mientras nuestros precios sean razonables y ellos no vendan el barco, creo que la empresa irá bien”, señala el máximo responsable.

Xisco LoboJEFE DEL TALLER DE ACERO

Xisco Lobo comenzó a trabajar con 16 años y empezó desde abajo en el astillero, que ha sido su única empresa. Este palmesano, que ahora tiene 35 años, se encarga de convertir un boceto en piezas metálicas. “Cuando no hay recambios para un barco clásico, nosotros los creamos”, explica. Su tarea es artesanal por completo. Por sus manos pasan herrajes, toldos, pasamanos, escaleras... “Y todo a medida. El diseño lo hacemos nosotros a partir de la idea que tenga el armador o el capitán”, dice. “La mayor virguería que hemos diseñado fue una mesa basculante que siempre está a nivel. Cuando el barco escora a babor o estribor, la mesa tiene un contrapeso en el interior que la mantiene plana”. Lobo destaca que su trabajo debe ser respetuoso, ya que se adentran en la intimidad de un barco ajeno. “A los armadores no les conocemos ni llegamos a tratar con ellos, pero sabemos cuando un barco es de un famoso. Estamos trabajando en su casa de verano y eso es un privilegio”, asevera.

Riccardo Peirano y Enrique AlberichRESPONSABLES DE PROYECTOS DE REFORMA DE BARCOS

Riccardo Peirano y Enrique Alberich se encargan de coordinar los proyectos de transformación de barcos. El primero fue jefe de máquinas de la marina y el segundo es ingeniero naval. Ambos son aficionados a la náutica. “Somos el filtro de lo que se puede y lo que no se puede hacer. Los clientes muchas veces nos piden cosas imposibles de ejecutar”, explican. “Pero no estás construyendo una fragata. Remodelar un barco es algo emocional. Tienes que meterte en la piel del cliente y conseguir que se ilusione cuando use por primera vez su jacuzzi de la cubierta con agua caliente y luces de colores”, sentencia Peirano. Entre las peticiones más raras que les han llegado está la de construir una chimenea (eléctrica) dentro de un lanchón cuyo exterior era metalizado, pero el interior recreaba una cabaña de montaña. Alberich también recuerda que una vez les solicitaron ensanchar todas las tazas de váter de un barco europeo comprado por estadounidenses, porque les resultaban pequeñas.

Antonio MoncadaJEFE DE PRODUCCIÓN

Antonio Moncada es de Palma, tiene 50 años y es ingeniero naval. Lleva media vida dedicado al sector náutico. Desde 2002 trabaja en Astilleros de Mallorca. Le ficharon de otra atarazana de Cartagena. Es aficionado a navegar a vela. Pero en el trabajo lidia con los mayores superyates que pasan por la factoría palmesana. Se encarga de gestionar el calendario de las reparaciones y lleva personalmente las reformas de los clientes más importantes. “Trabajamos con hotelitos de lujo flotantes. Son casi una pequeña ciudad”, apunta, porque deben ser autosuficientes en suministros de luz y agua. “En los nuevos astilleros de yates no hay personal propio que lleve toda la vida trabajando en esto. Muchas empresas que ahora se dedican a reformar barcos no tienen el ‘feeling’ de la construcción naval. No es lo mismo montar un aire acondicionado en un hotel o en un yate, porque hay que aprovechar mejor espacio y el mantenimiento debe ser más fácil”, agrega el jefe de producción.