¿Qué se esconde tras el acto de lucir tipo en el verano? ¿Puede llegar a ser perjudicial, a la larga, someterse a una Operación bikini? ¿Cómo y de qué manera hay que alimentarse y ejercitarse para estar sano?

La llegada de los primeros rayos de sol hace florecer consigo las llamadas dietas milagro. Con ellas, un listado de ejercicios imposibles que aseguran convertir en Brat Pitt y Angelina Jolie a quienes los practican. Miles de libros de divulgación general publican dietas hipocalóricas o hiperproteicas que reducen al cuerpo a unos niveles de líquido y grasas que sólo conducen a una cosa: el conocido efecto yo-yó o efecto compensatorio, por el cual se gana, con más rapidez de la perdida, el peso que se pretendía eliminar. El secreto del equilibrio perfecto entre vida saludable y ejercicio es una máxima a la que muchas personas aspiran (de cada vez más), y muy en especial, en los meses previos al estío. Es por ello que DIARIO de MALLORCA ha consultado a diferentes expertos en el mundo del fitness y la nutrición deportiva para que desgranen los beneficios y los peligros que lleva a cabo dicho proceso, en aras de arrojar un poquito más de luz en un sector todavía muy nuevo en España.

Hacer deporte es salud. Y esto es otra máxima irrevocable, tanto que para la Organización Mundial de la Salud, el no practicar ningún tipo de ejercicio se considera de alguien no-sano. Y constituye el cuarto factor de riesgo de mortalidad global, una de las diez principales causas de muerte. En España, cuando se acercan estas fechas, el número de abonados a los centros deportivos se incrementa en torno a un 10%, según la Federación Española de Aerobic y Fitness (FEDA).

Pero "huyamos de los mensajes negativos", aconseja la doctora Elena Muñoz, vocal de la Sociedad Balear de Medicina Familiar y Comunitaria, además de miembro del PAPPS (Programa de Actividades Preventivas y Promoción de la Salud). Si bien es cierto que apuntarse a un gimnasio tres meses antes del verano y abandonarlo después -incluida la dieta anti calorías que se ha llevado a cabo en la mayoría de los casos- no es aconsejable ni saludable, "cualquier estímulo externo que aumenta la motivación para fomentar tu salud es bueno", sentencia la doctora.

Lo único que hay que tener presente, y en palabras coloquiales, es que "nuestro cuerpo tiene memoria". Por ello, llevar a cabo dietas hiperproteicas -estilo Dunkan- en las que se ingiere sólo proteínas en una fase, hace que se pierda peso muy rápido al principio, pero después, "al volver a una dieta anterior, es muy difícil que tu cuerpo se mantenga en ese peso porque se acuerda del anterior".

Lo recomendable sería entonces llevar a cabo una dieta "equilibrada", esto es, en una proporción similar de hidratos de carbono, proteínas y grasas, y no "ponerse una fecha límite", o al menos, que los plazos de pérdida de peso sean más flexibles: "Entre seis y diez semanas sería lo ideal". La razón es que el cuerpo humano necesita de estos tres pilares para funcionar correctamente, ya que una ingesta excesiva de cualquiera de los tres acarreará consecuencias negativas para el organismo.

Pero para todos no es fácil llevar a cabo una buena alimentación. El ritmo de vida, cada vez más frenético y bullicioso, afecta también a la ansiedad y las ganas de comer. Y aunque lo ideal es una "estrategia combinada" para el que quiera perder peso, la doctora Muñoz aconseja empezar por el ejercicio, ya que "numerosos estudios científicos demuestran que se rinde un poco mejor". En su consulta ubicada en Menorca la doctora ha puesto en marcha un programa pionero mediante el cual el paciente, de forma progresiva, consigue llegar a correr diariamente unos 30 minutos en 30 semanas, una cifra perfecta si se quiere bajar peso. El estudio, originario de Reino Unido, se ha llevado a cabo con éxito en 16.000 personas, y parece que sus beneficios son múltiples puesto que "aumenta la motivación" e incluso aunque se siga comiendo lo mismo al principio, como también aumenta el metabolismo basal, "se quema incluso los días en los que no se practica ejercicio", asegura.

"Hacer unos 150 minutos semanales de actividad física vigorosa sería sanísimo para todos, pero para perder peso es imprescindible. Y más cuando te haces mayor. A partir de una cierta edad, por cambios hormonales, comiendo menos no adelgazas, hay que comer muchísimo menos. Por eso lo ideal es eliminar, mediante el ejercicio, las calorías innecesarias, llevando a cabo una dieta que oscile entre las 1.400 calorías para las mujeres y las 1.800 en hombres.

Llegados a este punto pues, cabe preguntarse qué pasos se deben de seguir cuando una persona decide llevar un estilo de vida más saludable. Tanto la doctora Muñoz como Mikel Domenech, director técnico del gimnasio Profitness, recomiendan que, si no se tienen antecedentes o patologías de base, prácticar deportes aeróbicos como caminar, trotar, la natación o montar en bici no requieren de un chequeo médico previo. Sin embargo, y en contra de lo que a menudo ocurre en estas fechas con la llegada de la Operación bikini, el ejercicio de fuerza o las actividades específicas como el spinning, sí que se recomienda un asesoramiento tanto médico como deportivo, a fin de evitar posibles lesiones musculares. "Este sector tiende mucho a utilizar recetas", sentencia Domenech. Se refiere a la costumbre de recomendar un entrenamiento deportivo, pensando que la misma "tabla de ejercicios" sirve para todo el mundo, detalle que desmiente por cuánto "cada persona es un mundo" y por ello reivindica el uso de un entrenador personal "titulado" que en su caso no sólo asesore técnicamente, también que acompañe al usuario durante todo el proceso de consecución de objetivos. Esto significa que puede ayudar, si tiene capacidad académica para ello, a "orientar al cliente sobre los hábitos de alimentación más saludables", desmentir algunos mitos sobre lo que engorda o no engorda en una dieta y en definitiva dar un apoyo emocional y psicológico para no abandonar el programa antes de tiempo.

Preguntado por algunos ejemplos de esos mitos que circulan entre las creencias populares, el especialista asegura que "el trabajo de una zona concreta como son los abdominales no eliminará la grasa localizada". Esto se debe a que el hombre y la mujer poseen áreas determinadas donde el cuerpo acumula grasa de manera natural, a modo de protección de los órganos vitales, y siempre "quitará" de donde menos necesite. Para estos casos, el trabajo cardiovascular es necesario, aunque "tener una tabla de chocolate no es tampoco muy saludable, ya que el cuerpo y nuestras células, en especial en las mujeres, necesitan grasa para funcionar correctamente".

¿Puede una persona, sin embargo, costearse un entrenador en medio de una crisis tan generalizada? Para Domenech es una cuestión de prioridades. "El entrenamiento también es una medicina preventiva. Alguien puede venir y decirte que un fisioterapeuta es caro, pero puede que en su casa tenga una tableta y use un Iphone".