Trimph Tiger Explorer: buena para todo

Encantado. Me acabo de bajar feliz de una moto que, al verla, me había sorprendido por su tamaño y peso (es bastante grande y pesa 260 kg.). Pero el asiento resulta más envolvente que alto, y además es regulable en altura. Y sobre todo, cuando te subes y engranas primera, la cosa cambia. En ciudad los tres cilindros son una delicia. Tienes bajos pero no traquetrea, y aunque el cambio tiene un recorrido algo largo, la verdad es que es preciso. Es ancha, también en el manillar, pero es muy cómoda. Cautiva su inesperada agilidad, gracias a su amplio ángulo de giro y a ese motor alegre. Precisamente el motor agrada por lo lineal, pero es que está lleno en toda la curva, es una gozada y te permite ir relajado, sabiendo que siempre encontrarás respuesta a cualquier régimen de giro. Y buscando probar su comportamiento en curvas, nos fuimos hacia Esporles. Y una vez más la Explorer nos ha dado una alegría. Es realmente eficaz: agilísima para ser una maxitrail de ese peso y dimensiones, rápida de reacciones, noble y predecible, y no sufre sobreviraje. Si acaso, la suspensión trasera puede tener algún problemilla para sujetar todo el par de esta moto, que tracciona realmente bien, pero no es un problema, incluso a mí me divertía. El motor tricilíndrico, seña de identidad de Triumph, está pensado para el disfrute, sin preocupaciones. Hay motor desde las 2000 rpm, y en este caso además estira mucho, hasta casi las 10000 rpm, otorgando unos sorprendentes 137 CV, que la convierten en una moto verdaderamente rápida. Y además segura, porque los nuevos aceleradores electrónicos hacen un discreto pero eficaz control de tracción y antiwheelie. Servidor intentó levantar la moto en primera y puede dar testimonio de que la moto corta y ´baja el morro´, impidiéndote meterte en jaleos.