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Tribunales

Condenan a un soldado que se inventó una baja para enrolarse en su grupo musical

Tras meses sin tener noticias del acusado, se le localizó a través de un cartel en el que anunciaba la celebración de un concierto

Militares realizan un ejercicio técnico en un campo de maniobras. manu mielniezuk

Un tribunal militar ha condenado a cuatro meses de prisión, que tendrá que cumplir, a un soldado profesional de Mallorca, que se dio de baja médica, sin presentar los correspondientes documentos, para enrolarse en su grupo musical. El acusado, de 30 años de edad, se confesó autor de un delito de abandono de destino. El tribunal se limitó a redactar el acuerdo legal firmado entre la fiscalía militar y la defensa.

Según señala la sentencia que ha dictado el tribunal militar territorial, con sede en Barcelona, el acusado, natural de Extremadura, se incorporó a las fuerzas armadas en el mes de diciembre del año 2008. Estaba destinado en el escuadrón de vigilancia aérea de la base militar de Sóller.

El día 9 de septiembre del año 2016 el soldado debía presentarse a la base. Sin embargo, no lo hizo. Se puso en contacto con su superior, el cabo, a través de un mensaje de móvil. Le manifestó que estaba ingresado en un centro hospitalario y por ello no podía acudir ese día al trabajo. Tres días más tarde, a través del mismo sistema, comunicó lo mismo al brigada del cuartel.

La baja médica no fue entregada en la base militar hasta el día 13 de septiembre, es decir, cuatro días después de anunciar su indisposición. La baja la recibió el cabo, que a su vez la hizo llegar a la unidad. Sin embargo, el documento no era válido. No concretaba el motivo de la baja médica. Ese mismo día se le envió, vía burofax, una comunicación al soldado, que fue recibida, en la que se le comunicaba que el día 19 de septiembre se debía personar en el cuartel para regularizar su situación laboral. El soldado no acudió a la cita. Ante esta nueva situación se le volvió a enviar un nuevo requerimiento, esta vez, para que se presentara urgentemente en el cuartel de Sóller para regularizar su situación. Por segunda vez, no hizo caso a este requerimiento oficial.

El día 28 de septiembre, según refiere la sentencia, el soldado envió un documento de baja médica al cuartel. Sin embargo, en el escrito no figuraba el nombre y apellidos del militar, por lo que se puso en duda la autenticidad del documento.

Para intentar solucionar la situación administrativa y para que presentara un documento de baja válido, los responsables del cuartel intentaron ponerse en contacto, a través de diferentes medios, con el soldado. Todo fue en vano. Esta situación de incomunicación se prolongó durante varios meses.

Sin embargo, en el mes de febrero se localizó un cartel en el que se anunciaba un concierto musical de un grupo del que el soldado formaba parte. La reacción fue inmediata. Se localizó al militar y acto seguido se procedió a su detención bajo la grave acusación de un delito de abandono de destino. El acusado, que no tiene intención de abandonar su profesión, fue sometido a un procedimiento penal a través del juzgado togado militar. Este caso llegó a juicio, si bien la vista fue un puro trámite debido a que el acusado reconoció los hechos y aceptó la pena. El código penal militar obliga a los acusados a cumplir las penas de reclusión.

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