José Castro quema etapas hasta su adiós definitivo de la magistratura, el martes 19. El juez vivó ayer su última guardia -se prolongará hasta las 09:00 horas de hoy- en el juzgado número 3 de Instrucción, donde imparte justicia desde 1990. "Es una guardia como cualquier otra. Sí la afronto con nostalgia porque ya no volveré a hacer más después de 27 años. Las echaré de menos porque es mi trabajo y me gusta mucho", ha afirmado en conversación con este diario.

Por la mañana le presentaron a cinco detenidos: dos por violencia de género y el resto por robo y hurto. Ha ordenado el ingreso en prisión de uno de ellos, un británico reincidente por robos con fuerza en locales. Por la tarde el juez decidió sobre otros siete detenidos por presuntos delitos de malos tratos y hurtos.

La jornada se vivió en un ambiente más distendido de lo normal en el juzgado. Hubo bromas, buen humor y olor a despedida. "Son muchos años con Paquita, Quica, Ana y Toni. Algunos están aquí desde antes de que yo llegara. Casi treinta años juntos, somos un buen equipo. También los que se ahn incorporando en los últimos años", indicó el magistrado sobre los funcionarios que le han acompañado en su día a día.

También fue un día "triste", dijo uno de los colaboradores del juez. En el número 3 echarán de menos a un profesional afable, humilde y accesible. Así le definen sus compañeros del juzgado. Y también la Policía Nacional y la Guardia Civil. Siempre fue uno de sus magistrados favoritos por su predisposición a escuchar.

"He vivido todo tipo de guardias. Algunas más sosas y otras muy entretenidas, pero no existe la guardia en la que todo es aburrido. Recuerdo cuando trajeron detenidas a la Paca y a la Guapi. Ese día salimos del juzgado a las siete de la mañana", evocó Castro en referencia al macrocaso ´Kabul´ que en julio de 2008 descabezó el clan de la Paca en Son Banya.

"¿Te acuerdas de la vez que vino Etoo?", le pregunta una funcionaria.

Aficionado al fútbol y al Real Madrid, el magistrado que saltó a la fama cuando imputó a la infanta Cristina durante la instrucción del caso Nóos, se jubilará el día 19 celebrando juicios por delitos leves. ¿Y después? "Ahora no tengo ningún proyecto futuro", aseguró.

Le han ofrecido dar conferencias, pero de momento se resiste porque dice que siempre acaba hablando del mismo tema, el caso Nóos. Tampoco le seduce escribir un libro porque no se considera un escritor pese a haber redactado numerosos autos judiciales.

Nóos ha marcado la carrera de Castro, pero su trayectoria profesional incluye otros muchos procesos relevantes. Como el del Palma Arena, una infraestructura que acabó costando el doble de lo presupuestado. Fue también el magistrado que obligó a Jaume Matas a abandonar su retiro de Washington y le impuso una fianza de tres millones de euros.

Instrucciones que le convirtieron en el juez más popular de Mallorca. Ya cuenta los días para la jubilación.