Una joven activista, que protagonizó una sentada para manifestar su oposición a la celebración de las fiestas del correbou de Fornalutx, ha sido condenada por el enfrentamiento que protagonizó con los agentes de la Guardia Civil, que actuaron para evitar incidentes en estos festejos populares. En una reciente sentencia dictada por la Audiencia de Palma, la joven ha sido declarada culpable de un delito de resistencia y dos de lesiones, lo que le supondrá pagar una sanción económica que suma 360 euros. Se trata de la misma sanción que le impuso el juez de lo Penal, que ha sido ratificada ahora por la Audiencia.

Este intento de boicotear las fiestas en las que un toro es el protagonista ocurrió en la mañana del día 4 de septiembre de 2015. La acusada no acudió sola a Fornalutx. Formaba parte de un numeroso grupo, cuyos integrantes se sentaron en la calzada para boicotear la fiesta, cuando el encierro ya había comenzado. Los manifestantes se ataron con bridas entre ellos y a elementos fijos del mobiliario urbano. Ante la presencia de los activistas, la Guardia Civil tuvo que paralizar el encierro, ya que el animal estaba en la calle, para evitar que se produjeran heridos. Los agentes ordenaron a los manifestantes que se levantaran, pero ellos siguieron manteniendo su actitud de protesta y se negaron a cumplir las órdenes. Ante estas circunstancias, la Guardia Civil comenzó a desalojar a los jóvenes uno por uno, cortando las bridas que los mantenían atados. Después los trasladaron desde la calzada a la acera.

La acusada, cuando se producía este desalojo, no solo no acató las órdenes de la Guardia Civil, sino que empezó a lanzar patadas contra los agentes. Hasta cuatro personas fueron necesarias para conseguir evacuarla del lugar donde permanecía atada. En su resistencia lesionó a dos guardias civiles. A uno le produjo un hematoma en la rodilla derecha. Al otro le alcanzó la cara y el brazo tras lanzarle una patada. Ninguno de los agentes lesionados le ha reclamado una indemnización a la joven y de hecho no fueron ellos los que la denunciaron, sino que la Guardia Civil actuó de oficio y detuvo a la mujer.

Grabación

La principal prueba, además de las declaraciones de los protagonistas de este incidente, fue una grabación que realizó uno de los manifestantes. El tribunal ha analizado la situación ocurrida en Fornalutx y sobre todo valora la actuación de la Guardia Civil, al ordenar a los manifestantes que se levantaran ante el paso del encierro. La activista, entre otras cosas, ha sido condenada por no cumplir la orden que le indicaban los guardias, al negarse a levantarse de la calzada.