Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Boulevard

El Govern admitirá la saturación cuando acabe la temporada

La cadena hotelera Hotusa, que gestiona una docena de establecimientos en Mallorca, compra una plataforma de reservas de alquileres turísticos con más de 3.500 pisos

Joan Pocoví, adjudicatario del matadero de Palma investigado, se apea de una lancha pública de vigilancia del parque de Cabrera, que le deposita en el muelle tras recogerlo en su barco. Queda claro que el empresario conserva con Vicenç Vidal sus excelentes relaciones con Biel Company.

Tiene usted derecho a saberlo. Siempre estoy dispuesto a escribir un artículo, pero nunca me he enfrentado a esta sección a gusto. Si reiniciáramos nuestra tensa y espero que discordante relación, tendríamos que renegociar los términos del contrato. Menos alboroto, más claridad. Recuperar la distancia que nos prohíbe el drama en sesión continua de Mallorca. Queda dicho, ya podemos empezar.

La clase política ha abordado el colapso de la isla como si de una brisa mañanera se tratara. Expresiones equívocas como "sensación de saturación" (José Hila), "saturación puntual" (Juan Gual), "no me gusta la palabra saturación" (David Abril) o "la gente habla de saturación porque lo lee en los periódicos" (Francina Armengol) nos habían llevado a la conclusión de que la torpeza analítica de nuestra clase dirigente de izquierdas era más alarmante de lo que sospechábamos.

Este alineamiento estratégico se ha hecho más insostenible que la propia situación de la isla. La sorpresa es que hay entes pensantes en el Govern, y desde la sala de máquinas se ha propuesto una remodelación escalonada del discurso. Sin entorpecer la campaña asfixiante en curso, el final de la temporada impondrá un viraje exento de brusquedades, para admitir de repente desde el Consolat que Mallorca está saturada. En efecto, ya solo quedará un verano de legislatura, y hasta los diseñadores de la nueva argumentación celebran que no haya tiempo para enderezar el rumbo.

El Govern pretende lo mejor de ambos mundos. Haber disparado el volumen de turistas hasta niveles insoportables, y presentarse a continuación como el único salvador posible. En una segunda legislatura de Progreso. No lo merecen, pero tampoco está claro qué partido va a impedirlo. Y la estrategia de reconocimiento sobrevenido de la saturación requiere un ingrediente esencial, un culpable.

La cadena hotelera Hotusa, que gestiona una decena de establecimientos en Mallorca, ha comprado esta semana la plataforma WaytoStay de reservas de alquileres turísticos. La empresa absorbida cuenta con más de 3.500 pisos. Aguardamos con ansia la bronca que la Federación Hotelera Hereditaria de Mallorca propinará a sus colegas, por participar de un "modelo que fomenta la especulación inmobiliaria y que impide el acceso a la vivienda" (Inma Benito).

Hemos sostenido y demostrado que la mitad de los hoteleros practican el alquiler turístico supongamos que legal. Nos equivocábamos. No existe un empresario del sector que no haya probado de la fruta del árbol prohibido. La transacción descrita no solo demuestra que se inician en el negocio, sino que van a devorarlo. Despacito. Así que menos arengas contra los ciudadanos que arriendan un cuarto. A propósito, intente conseguir una habitación por menos de mil euros la noche en un hotel de cinco estrellas mallorquín, y compare con los sueldos de los nativos.

Hoy nos ilustra una fotografía captada la semana pasada. Muestra a Joan Pocoví, el gigante cárnico a quien el PP adjudicó el matadero público de Palma. Su actividad de escorche está siendo investigada ahora mismo por Hacienda, el Govern y Cort. En nuestra imagen, el empresario se apea de una lancha pública de vigilancia del parque de Cabrera, pilotada por un vigilante de reservas marinas del Ibanat que lo deposita en el muelle tras haberlo recogido en su barco privado, que se advierte al fondo. El hombre de negocios es un degustador habitual de los placeres navigatorios, pesqueros y gastronómicos del archipiélago, que ha mostrado a invitados tan ilustres como Rafael Nadal. La fotografía demuestra que mantiene con el conseller ecosoberanista Vicenç Vidal las excelentes relaciones y prerrogativas de que gozó con su antecesor, Biel Company.

Pude tomarme el periodismo a broma gracias a que Joana Maria Roque se lo tomaba muy en serio. Te daba la tranquilidad del anclaje, de los valores permanentes que te autorizaban a gamberrear. La periodista mallorquina trabajaba en esta redacción cuando llegué a ellas. Nunca dejaba de hacer una pregunta, nunca le importó quedarse en minoría. En las fiestas de verano, su temple incisivo ponía incómodos a calandrajos que se lo merecían. Era dura pero generosa, sabía distinguir. Ahora viene de morir, también fue mi mejor fotógrafa, la anfitriona en veladas que desembocaban en clases magistrales de Ferret, Lázaro o Maruja Torres. Lo leía todo, pero le agradezco en especial que fuera la guardiana de mis secretos a medias con Andreu Manresa, si alguien acierta a distinguirlos. A solas los cuatro.

Internet desvela sintonías que no pueden materializarse por desaparición de uno de los interlocutores. Me ha ocurrido con Miquel Blanch, el maestro del parapente que se estrelló a mediados de mes en Alcúdia. Descubro ahora la complicidad con el Ícaro de Campos, que quiso volar demasiado cerca de Mallorca. No compartiremos aquí la conversación, pero es agradable saber que un mallorquín de verdad nos espera del otro lado con las alas extendidas.

Mis dos lectoras me recriminan la escasez de incidencias sociales en esta sección. Ahí va una. Xisca Perelló de Nadal odia que la llamen Xisca, "porque me llamo Mary". Aclarado quede. Recuerden donde leyeron antes que Agustí Villaronga ha rodado la infancia del Rey Faisal, ahora les añadimos que la película incluye la cacería del zorro. Vean que no les recomiendo Dunkerque, que debieron titular Charlot se va a la guerra. Vean Sieranevada, si disponen de tres horas para disfrutar de una experiencia integral.

Reflexión dominical bestial: "El día en que los animalistas descubrieron que los perros votaban a la derecha".

Compartir el artículo

stats