Pensar en la Serra de Tramuntana es pensar en sus montañas frente al mar, en sus marjades y en los olivos que se alzan sobre ella. Por el paisaje que estos elementos dibujan y por su conservación, la UNESCO declaró el inigualable paraje Patrimonio de la Humanidad. Tras sobrevivir a la construcción o a la presión del turismo, la Serra se enfrenta a una nueva amenaza. La plaga de Xylella fastidiosa que se propaga por las islas y que afecta a almendros, olivos, viñas y otras plantas, no sólo ha llegado a sus pies. El primer positivo de la bacteria en Sóller mantiene ahora en guardia a la Serra.

El pasado día 21, se informó de la detección de la bacteria en una zona ajardinada de Sóller, en el camí Torrentó de can Creueta, cerca del instituto de la localidad. El ejemplar afectado era un olivo. Un técnico de la cooperativa municipal de Sant Bartomeu avistó de casualidad el árbol y detectó síntomas de la bacteria. Los análisis confirmaron la sospecha. Se trató del primer caso de la plaga en el corazón de la Tramuntana.

Sin embargo, el presidente de la cooperativa de Sóller, Miquel Gual, tiene razones para pensar que la Xylella aún no ha llegado al valle. "No lo podemos decir objetivamente, pero pensamos que el olivo ya llegó a Sóller infectado. Se trajo hace tres años y se ve que ya ahí no tenía buen aspecto", relata Gual. El ejemplar procedía de un vivero de Santa María y la sospecha es que fue en el municipio del Raiguer donde se infectó. Además, según las analíticas llevadas a cabo en cumplimiento del plan de contención del Govern, todos los árboles y plantas susceptibles de hospedar la bacteria de las que había entorno al positivo encontrado dieron negativo de tenerla. "Que en tres años no se hayan infectado las plantas de alrededor nos hace pensar que tenemos la enfermedad pero que el vector no la está propagando", valora el presidente de la cooperativa agraria.

Sin embargo, el positivo de Xylella en Sóller se suma a la detección de la bacteria en númerosos árboles en las faldas de la Serra. Municipios del sur de la Tramuntana, como Bunyola, Alaró, Selva o Pollença ya suman ocho casos de la mortal bacteria. A estos se suman, a escasa distacia, los casos localizados en Inca, en Santa María, Alcúdia o en la UIB.

De hecho, la detección de la plaga en dos romeros de la universitat el pasado mes de febrero era la primera vez que la extensión de la plaga se acercaba a la Serra. Ahora, el paraje está rodeado y con el enemigo a las puertas de casa. El olivo infectado de Sóller representa una suerte de caballo de Troya y es lo que ahora más preocupa en la zona, donde los efectos podrían ser devastadores.

Olivos y naranjos amenazados

"Sería desastroso. La calificación de Patrimonio de la Humanidad podría llegar a peligrar. Y no sólo para los municipios de la Serra, sino para toda la isla. Se perdería la imagen típica de Mallorca", valora Miquel Gual lo que supondría la propagación de la mortal plaga en la zona. "Ahora sobran turistas, pero algún día puede que hagan falta", señala el solleric.

Cerca de un 40 por ciento de la superfície de la Serra de Tramuntana corresponde a olivares y el olivo es una de las principales especies susceptibles de ser infectadas. Los efectos más dramáticos de la Xylella han tenido lugar en Italia, donde la plaga ha acabado con más de un millón de olivos. La subespecie más letal de la bacteria contra estos árboles, muchos milenarios en la Serra, es la pauca, que a día de hoy se ha localizado en Eivissa pero no en Mallorca. Sin embargo, uno de cada cinco olivos sintomáticos analizados en Mallorca han dado positivo de tener la subespecie fastidiosa fastidiosa. En total, 72 olivos infectados en la isla de 365 muestras.

Gual recuerda que solo los olivares de Moncaira (Fornalutx), Son Marroig (Deià) o Coma-sema (Bunyola) representan más de 10.000 cuarteradas de olivos.

Además, otros de los árboles susceptibles de ser infectado son naranjos y limoneros, la especie con la que la bacteria más se ha cebado en Brasil, uno de los primeros países del mundo en sufrir la plaga de la Xylella fastidiosa. De modo que, además de los olivares, la amenaza se extiende a los huertos de Sóller, la vall dels taronjers. "Hemos empezado a trabajar para que la naranja de Sóller tenega la Indicación Geógrafica (IGP). Hemos regalado naranjos para hacer nuevas plantaciones. Si ahora entra la Xylella sería un golpe mortal. Ahora es muy fragil", estima el líder de la cooperativa.

"Aquí hay preocupación, pero nosotros solo podemos limitarnos a dar la información que nos pasan de Conselleria", cuenta el alcalde Fornalutx, Antoni Aguiló. Oficialmente uno de los pueblos más bonitos de España también sigue de cerca la evolución de la propagación de la Xylella. "Hablamos de que casi un 70 por ciento del término municipal son olivos", apunta el alcalde de la localidad, que augura "un desastre" si llega la mortal bacteria al municipio.

Además, ya no solo preocupa los efectos de por sí de la plaga, sino también las drásticas medidas que exige la Comisión Europea y que pasan por arrancar tres hectáreas por árbol afectado. "Es peor el remedio que la enfermedad", valora Miquel Gual, mientras que Antoni Aguiló avisa que "si llegará aquí y Europa pide arrancarlo todo nos tendríamos que negar y pedir otras medidas".

El vector ya está en la Serra

En 2015 se localizó en la Serra otra plaga: la de la vespa velutina, más conocida como avispa asiática. En dos años, las montañas han hecho de barrera y esta especie invasora no ha podido propagarse. ¿Podría pasar lo mismo, pero al ravés, con la Xylella?¿Puede ser la Serra un escudo para el vector que transporta y contagia la bacteria?

Para el zoólogo y profesor sobre Plagas Agrícolas en la UIB, Miguel Ángel Miranda, el insecto no sólo puede llegar a la Serra, sino que ya está. "No tenemos datos todavía del vector en la Serra, pero habrá seguro, lo único que desconocemos es la densidad de su población", explica el investigador, que apunta que "es pronto para decirlo, pero puede que esté por la Serra desde hace tiempo. La pregunta es si ha inóculado la bacteria". Miranda señala además que "la Serra puede servir de barrera pero no te garantiza nada. Está la entrada y salida de material vegetal, así que las barreras geográficas sólo sirven hasta cierto punto".

Sin embargo, el zoólogo da un argumento para el optimismo: "la ventaja que tiene la Serra es que por su clima tiene vegetación todo el año. Cuando la hay, el vector no tiene porqué saltar a los árboles".

La Xylella se propaga y, por ahora, nadie resiste como la Serra.