Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Juan Grau: "Es un error ir a Estados Unidos en busca de tratamientos sanitarios"

"Los médicos de familia han cambiado la sanidad española y han hecho fácil el trabajo de los especialistas"

El cirujano cardiaco Juan Grau, en un gesto característico durante la entrevista que concedió a este diario. B. ramon

-Cuénteme su trayectoria y su vinculación con Mallorca

-Nací en Madrid en 1966 aunque muy joven vine a vivir a Mallorca. Mi padre, que era ingeniero industrial en Pegaso, vino a trabajar a Emaya. Desde los seis años hasta los dieciséis residí aquí. Estudié en el Luis Vives, corría en su equipo de atletismo? Y luego me fui a estudiar Medicina a la facultad de Madrid.

-¿Cómo eran los estudios en aquellos tiempos?

-Yo sabía hablar inglés porque había estado trabajando de au pair en Irlanda desde los catorce años y me di cuenta de que las traducciones de los libros de Medicina al español eran muy malas y decidí estudiar con los originales, me hice bilingüe. El cuarto curso lo hice como alférez en la Academia Militar de Sanidad de Madrid.

-¿En la Academia Militar?

-Sí. En aquellos tiempos la mili era obligatoria y era una manera de hacer el servicio militar entre los estudiantes. Cuando terminé los estudios tuve que irme como alférez a una unidad de operaciones especiales durante seis meses, durante los cuales aproveché para preparar los exámenes americanos para convalidar el título. El Ejército español me dio la disciplina necesaria para afrontar después el brutal programa que tenían los médicos residentes en Nueva York.

-Con este bagaje se fue a Estados Unidos?

-Sí. Llegué a Nueva York en el año 1992, con 22 años, y ya empecé a trabajar como cirujano con contratos que me renovaban anualmente. Estuve cinco años haciendo la especialidad en cirugía general y luego dos más investigando en ciencias básicas, hasta que me caducó el visado que me habían concedido por siete años.

-¿No tenía permiso de residencia después de siete años trabajando allí?

-No, estos trámites son muy complicados allí. Sí obtuve otro visado transitorio que las autoridades me concedieron tras calificarme como una persona de interés nacional por el trabajo que había desarrollado. Este es un paso previo hasta obtener lo que denominan la carta verde, la residencia permanente.

-¿La ciudadanía?

-Sí. La concede el Congreso de los Estados Unidos, aunque lo hace muy raramente, la da a muy poca gente. A mí me la concedieron en 2008, dieciséis años después de haber llegado, junto a otras nueve personas. En mi caso fue por las labores científicas y quirúrgicas aportadas al país, aunque también se otorga a personas con mucho dinero para que se instalen allí.

-Cuénteme cómo fueron sus inicios allí.

-Trabajé en la Universidad de Nueva York cinco años como cirujano general, dos como investigador y otros dos como cirujano de trauma y UCI. Un cirujano de trauma no tiene nada que ver con los especialistas que en España se dedican a operar las lesiones del aparato locomotor. Un cirujano de trauma atiende allí básicamente a personas que llegan con heridas de bala o apuñaladas.

-Habrá visto de todo?

-Sí

-¿Cuál es el caso más truculento que recuerda?

-El de un pobre chico que llegó con 17 puñaladas alrededor del ano tras una violenta pelea entre bandas rivales en Chinatown, donde en esos momentos se había desatado una auténtica guerra."Cuando el presidente está en Nueva York, se le reserva una UCI en el hospital Bellevue"

-¿Y se salvó?

-Sí, pero fue complicado porque sangraba tan profusamente que hubo que hacerle una colostomía porque no podía defecar por el ano.

-¿Es letal una puñalada en el corazón?

-No. He salvado a muchas personas con una puñalada en el corazón. El problema es cuando te asestan varias. Lo que sí es letal es un disparo en el corazón. Hoy en día la policía de Nueva York lleva armas de nueve milímetros de calibre que provocan un orificio de entrada bien delimitado pero uno de salida muy grande.

-¿Trabajaba en la Universidad de Nueva York y operaba al mismo tiempo?

-Sí. De este centro académico dependen un hospital universitario, el hospital de veteranos de Manhattan y el hospital de Bellevue, que es el encargado de atender al presidente del país cuando está en Nueva York así como todos los problemas de salud que padezcan los miembros de la policía y del cuerpo de bomberos de la ciudad.

-¿Se adopta alguna medida especial cuando el presidente está en la ciudad?

-Sí. Una unidad de cuidados intensivos queda reservada para él durante su estancia, en previsión de que la pueda necesitar. Asimismo, un equipo formado por un cirujano de trauma, un cirujano cardiaco y torácico, un neurocirujano y un cirujano ortopédico están permanentes localizados con un busca y nunca pueden estar a una distancia que les impida llegar al hospital en menos de diez minutos.

-¿Formó parte de ese equipo?

-Sí, yo operaba en los tres hospitales que he mencionado y dos de los años que pasé allí ejercí de cirujano cardiaco.

-Y allí permaneció hasta...

-2008, año en el que me fui a la Universidad de Pensilvania, donde me quedé como profesor otros tres años más.

-¿Y continuaba operando mientras daba clases?

-Sí. Allí es lo habitual y las operaciones son tu única fuente de ingresos porque por la docencia no te pagan nada.

-Continúe.

-En 2011 me fui a la Universidad de Columbia en Nueva York, donde pasé cinco años, hasta 2016. Ahora, hará unos siete meses, estoy trabajando en el Instituto del Corazón de la Universidad de Ottawa, en Canadá.

-Está físicamente en Canadá pero, ¿en cuántas universidades de Estados Unidos está desarrollando proyectos de investigación?

-Con la de Pensilvania, con la de Columbia y con la Universidad de Cornell, también en Nueva York. Asimismo colaboro desde 2011 con la Rockefeller University, un centro del que han salido más premios Nobel que los que tienen muchos países y que, además, concede las becas de investigación mejor dotadas económicamente del mundo."De la Rockefeller University han salido más premios Nobel que los que tienen muchos países"

-¿Cuáles son los principales proyectos que está manejando en estos momentos?

-Dos en Pensilvania y Columbia para los que, entre ambos, cuento con un presupuesto de unos seis millones de dólares.

-¿Gana algo con estas investigaciones?

-No. La mayoría del dinero se invierte en reactivos y material de laboratorio y en pagar el salario de tus colaboradores.

-¿Cómo controla su desarrollo si está trabajando en Canadá? ¿Mediante vídeoconferencias?

-No, me desplazo en avión regularmente.

-¿De dónde saca el tiempo?

-Allí se trabaja mucho. Un día normal en mi vida comienza las cinco y media de la mañana. Como vivo cerca de mi centro de trabajo, a las seis y cuarto ya estoy en mi despacho y suelo terminar entre las ocho y las nueve de la noche. Y comemos todos en la oficina, en una comida de trabajo en la que comentamos cosas y no se alarga más allá de unos veinte minutos.

-¿Cuántas vacaciones tiene al año?

-Unas tres semanas, de las que dos suelo venir a Mallorca, a una casa que mi padre nos dejó en es Barcarés, en Alcúdia, porque soy un enamorado de la isla y no quiero renunciar a ella. Lo que sí suelo hacer es aprovechar los lugares a los que voy a dar alguna conferencia para alargar un poco mi estancia y visitar algo que me interese.

-Hábleme de su trabajo en Canadá.

-Como he dicho antes, como la labor asistencial es mi única fuente de ingresos, intervendré de media a unos 250 o 260 pacientes al año. El Instituto del Corazón es un centro de referencia nacional que cubre la asistencia de todo el oeste de Ontario, el sur de Quebec, el este de Manitoba y muchos de los territorios esquimales del país. Tenemos una población asignada de unos tres millones de habitantes dispersados por un territorio geográfico que será unas diez veces España."Canadá es tan frío en invierno que los pacientes nos llegan hipotérmicos y hemos de calentarles antes de actuar"

-Es un país inmenso y despoblado?

-Sí, la población total será de unos 36 millones de personas en un país que no sé cuántas veces será más grande que España. Lo que sí te puedo decir es que las distancias son tan inmensas que es imposible salvarlas en coche. Muchos de nuestros pacientes nos llegan en helicóptero.

-¿Qué categoría tiene el hospital?

-Allí lo denominan como un centro cuaternario, no sé si tiene equivalente aquí. Pero no hay nada bajo su paraguas sanitario que no podamos tratar.

-¿Incluso la enfermedad más rara?

-Todo. Y en invierno las temperaturas son tan bajas, entre 27 y 35 grados bajo cero, que los pacientes nos llegan hipotérmicos y los tenemos que calentar primero antes de atenderles. Si allí te ocurre algo, tienes un desvanecimiento, en pocos minutos te congelas. Nos llegan personas que no sabemos si ya están en muerte cerebral, con entre diez y quince latidos por minuto.

-¿Cómo es el sistema sanitario canadiense?

-Allí todo el mundo recibe cuidados a cargo del Estado. En Ottawa, por ejemplo, no existe ningún centro sanitario privado. Si eres canadiense, tienes toda la asistencia gratuita y a los tres meses de haber llegado ya te consideran residente legal y puedes disfrutar de esa gratuidad.

-Muy diferente al de sus vecinos?

-Sí, el sistema norteamericano es extremadamente competitivo y más dinámico. No obstante, y pese a su escasa población, la sanidad canadiense está un poco cargada. Nuestro hospital se diseñó para atender unos quinientos casos al año y ahora estaremos viendo unos dos mil. La ampliación, una demanda de hace años, concluirá en 2018. En Estados Unidos ya estaría hecha desde hace mucho tiempo. Y para conseguir este trabajo me tuvieron que declarar de interés general. Si hubiera habido un canadiense que reuniese los mismos méritos que yo, el trabajo habría sido para él."El Ejército español me dio la disciplina para afrontar el brutal programa de residentes de Nueva York"

-Volvamos a España, ¿qué le parece la sanidad pública?

-Extraordinaria. Los cuidados de Primaria son muy buenos. Y te diré más. Creo que los médicos de familia han cambiado la sanidad española y han conseguido hacer extremadamente sencillo el trabajo de un superespecialista como yo. En Canadá existe un importante déficit de médicos de familia y están "importando" a estos profesionales. Y también a internistas.

-¿También contamos con buenos internistas?

-Los mejores del mundo.Ven a muchos pacientes con muchas patologías. En general, los médicos españoles no reciben el reconocimiento que merecen. Son muy buenos profesionales que están muy bien formados y que se preocupan por actualizarse. Tienen una visión de la Medicina muy bien equilibrada. La prevención de las enfermedades que existe en este país es de la mejores del mundo.

-Entonces, ¿ya no hay que irse a Estados Unidos para recibir una asistencia que aquí no se encontraría?

-Es un error buscar en EE UU algo que no hay aquí. A mí y a toda mi familia, mi mujer y mis dos hijas, nos ven médicos en España.

-¿Vendría a trabajar a este país?

-Si se dieran las condiciones adecuadas, sí.

-¿Y cuáles son?

-Poder combinar, como en Canadá, la formación, la investigación, la actividad asistencial y la divulgación. Como me decía mi formador Frank C. Spencer: "Si eres bueno haciendo lo que haces y no lo sabe nadie, es como si no hicieras nada".

-Saber venderse, ¿es esa la asignatura pendiente de los profesionales españoles?

-Yo creo que sí. Todos los ingenieros que están haciendo infraestructura en Canadá son españoles, donde son valorados por su eficiencia y seriedad, y conozco bien, soy íntimo amigo suyo, a Valentín Fuster, uno de los mejores cardiólogos del mundo. Además, por su peculiar idiosincrasia, la capacidad del español es única. Puede establecer una relación normal con un millonario y con la chica de la limpieza de su oficina, lo que no está al alcance de todo el mundo.

-¿Qué enseña a sus alumnos?

-Una cirugía que sea efectiva, reproducible y con resultados satisfactorios constantes. No hay que enseñar una complicadísima técnica que luego no sepan hacer.

-¿Publica muchos artículos científicos?

-Entre diez y doce al año. Y a mis investigadores les obligo a mantener esta producción científica.

Compartir el artículo

stats