El magnate murciano Trinitario Casanova prometió hace tres meses firmar la compra del Edificio España de Madrid vestido de torero. Y ayer lo hizo: con chaquetilla de luces, o como se llame el traje de los matadores de toros, el dueño del Grupo Baraka comprometió el pago de 272 millones por el inmueble más emblemático del corazón de Madrid. Le duró poco, el tiempo justo para hacerse la foto disfrazado de lentejuelas y tela fucsia: minutos después de comprárselo a los chinos del grupo Wanda, el millonario torero le vendió las 27 plantas y 117 metros de rascacielos a la cadena Riu. Con lo que Trinitario Casanova se vistió de luces, pero los que clavaron la banderilla en la zona noble de la capital del reino fueron los hermanos Carmen y Luis Riu, que llevaban un año madurando una operación que convierte la plaza de España en un monumento al músculo financiero de los hoteleros de Mallorca.

No es ya que los Riu vayan a invertir 400 millones en comprar el edificio y adaptarlo para transformarlo en un hotel de cuatro estrellas de su marca Plaza, es que además compartirán vistas y jardines con Meliá y con Barceló, cadenas mallorquinas que también lucen poderío en la manzana más cotizada de Madrid. Los primeros en llegar fueron los que casi siempre llegan primero, los Escarrer y su grupo Meliá, que en una esquina de la plaza de España, de camino a la Gran Vía y su Callao, tienen el Tryp Madrid, un cuatro estrellas que ahora se queda modesto al lado del relumbrón de los recién aterrizados: Barceló acaba de estrenar en la misma plaza de España el Torre de Madrid, joya de hormigón armado y cinco estrellas que hasta el año 1982 presumió de ser el edificio más alto de la península. Ahora la torre de Barceló y el rascacielos de Riu compartirán mallorquinidad como compartían esquina.

No estarán solos. A menos de 500 metros del Edificio España de Riu hay otros cuatro grandes hoteles mallorquines. En 2015 abrió en Gran Vía el Iberostar Las Letras, otra joya, aunque esta brilla por una decoración interior y una biblioteca que valen buena parte de los 350 euros que cuesta hacer noche en el mejor hotel de los Fluxà en Madrid. Y a la vuelta de la esquina cambian letras por cuadros los Escarrer, que acaban de inaugurar el Gran Meliá Palacio de los Duques, otro templo de arte y lujo, esta vez a 400 euros la noche. La conquista mallorquina de la Gran Vía y la plaza de España se completa con el Tryp Cibeles y el Meliá Princesa.

Aunque desde ayer la bandera más vistosa es la de Riu en el Edificio España. En marzo, Trinitario Casanova y Riu habían anunciado su alianza para quedarse con el inmueble, frustrando el intento de la cadena Hard Rock para hacerse con la operación. El acuerdo era que el magnate murciano se quedaba el 75% de la propiedad y Riu el 25%. También se repartían los espacios: en las tres plantas inferiores, Baraka explotaría un centro comercial, y en las 24 superiores, los Riu gestionarían un hotel de 650 habitaciones, dos restaurantes y piscina en la azotea. Ahora ese plan ese reparto de usos se mantiene, pero cambia la propiedad: la familia Riu se hace con el 100% del Edificio España, en el que meterá entre 380 y 400 millones, confirman en el grupo, en el que no detallan cuánto dedican a la compra y cuánto a la reforma. Aunque será un buen pico. Y todo un rejonazo del magnate torero: Casanova se hizo por 272 millones con un rascacielos que al rato cambiaba de manos con 400 millones de inversión de Riu. Los hoteleros de Mallorca conquistan Madrid de la mano de la cadena preferida de los bancos por su solvencia: la capital no se toma calzando alpargatas.