El Palacio de Congresos de Palma abrió sus puertas ayer a sus primeros congresistas nueve años, tres legislaturas y cien millones de euros de inversión después de que se colocara la primera piedra. Superadas interrupciones y polémicas varias, la instalación que junto con el hotel anexo domina la entrada del Paseo Marítimo acogió una convención médica que se presentó con un título muy poco comercial: "Inmunomodulación y enfermedades crónicas a través del prisma de la autoinmunidad: nuevos conceptos, nuevas perspectivas". También conocido como ICoMI.

La cita, que reúne a algo más de cuatrocientos expertos mundiales en la materia, supone una oportunidad para intercambiar experiencias y conocimientos hasta mañana.

Profesionales llegados de Japón, Estados Unidos, Australia o Ucrania aportaron al diáfano espacio congresual un toque cosmopolita. El inglés dominó la primera jornada de debate, con la única excepción de la intervención de un José Hila que no se atrevió con la lengua de Shakespeare.

"Palma os recibe con los brazos abiertos. Espero que en sus momentos de ocio puedan disfrutar de la ciudad", manifestó sonriente el alcalde, que se permitió una tímida referencia al tortuoso e interminable proceso de construcción del Palacio: "Ha sido una obra larga". Él lo sabe bien, teniendo en cuenta que a pocas semanas de que expire su mandato ha estado cerca de no llegar a tiempo para la foto del estreno.

La instalación luce desangelada incluso cuando hay actividad en su interior. Espacios amplios y diáfanos que acarrean el desafío, no siempre asequible, de llenarlos.

Media docena de laboratorios y farmacias exponían sus productos y medicamentos en una zona cercana al auditorio en el que los congresistas escucharon a los primeros ponentes. No en la sala magna de 970 metros cuadrados, teóricamente reservada a convenciones multitudinarias.

El primer congreso que acogió el Palacio fue también el primero que se celebra sobre microinmunoterapia a nivel mundial. Un centenar de estos profesionales que estrenaron la controvertida instalación son españoles y el resto venidos de todas partes del mundo.

"Un lugar bonito"

El director científico del evento, Pascal Mensah, se preguntó en la rueda de prensa de presentación ante una docena de periodistas especializados por qué se habían reunido en Palma: "Porque es un lugar bonito y bien conectado", se respondió a sí mismo. Son los dos principales argumentos con los que Cort y Meliá, adjudicataria del complejo, esperan lograr beneficios en un corto plazo de tiempo.

Quedan algunas cosas por pulir. Los suelos de parqué presentan algunas deficiencias, la limpieza es mejorable y en algunas salas escondidas de las miradas se amontonan trastos. Nada importante para la obra más polémica de Palma que tiene ante sí el gran reto de justificar su construcción.