-¿Cómo lleva eso de ser el general de Podemos?
-Bueno, alguien puso ese titular y ahí se quedó. Yo creo que he dado la misma imagen que si hubiera sido solo capitán. Yo entiendo que Podemos es un partido donde cabe todo tipo de gente y, como he dicho muchas veces, también soy un soldado que irá a pegar carteles. Soy disciplinado y debo lealtad a mi jefe que ahora es Pablo Iglesias.
-¿Pero usted iba para ministro de Defensa cuando Pablo Iglesias exhibió su Gobierno?
-Pablo Iglesias lo que hizo fue presentar a su equipo de Vicepresidencia ante un posible pacto de izquierdas. De todas formas, aquella presentación no quería decir que yo fuera ministro, ya que un militar puede que no sea el mejor ministro de Defensa ni tampoco un médico puede que sea el mejor ministro de Sanidad. Lo que hace falta para estos cargos es sentido común. De hecho, nunca me vi de ministro. Ya tengo una edad y cualquier otra persona lo podría hacer mejor.
-Un militar a favor del derecho a decidir. ¿Ha recibido mucho de sus excompañeros de armas?
-Yo entiendo que se asocie al Ejército como a una institución conservadora. Sin embargo, las Fuerzas Armadas nacen de la sociedad y hay gente muy diversa. Cuando me impliqué en el proyecto de Podemos lo hice con todo el programa y defendiendo la imagen de unidad. Está claro que entre el 80% y el 90% de la sociedad está a favor del derecho a decidir y como demócrata estoy a favor de que se vote. Otra cosa es que ello se mezcle con autodeterminación o independencia. En un referéndum yo mismo seré beligerante para que Cataluña continúe en España mediante el diálogo y la negociación. Ha faltado voluntad política para el diálogo con el tema catalán.
-Pero le dieron fuerte cuando fichó por Podemos...
-Basta ver lo que pusieron en las redes sociales cuando expresé lo que pensaba. De todas formas, fueron ataques de la caverna, no solo la militar, también de algunos medios de comunicación y de gente que de repente nos ha robado la palabra libertad, nos ha robado la palabra emoción y han mezclado el patriotismo con la palabra patriotero. Nadie puede robar eso a la sociedad y yo siempre lo utilizo en el buen sentido.
-¿Qué haría con los militares que pedían sacar los tanques en Cataluña?
-Los hubiera arrestado, entre otras cosas porque lo que proponían era anticonstitucional. En el año 78 el poder militar quedó sometido al poder civil y ningún militar puede imponerse sobre el poder civil. Las mismas fuerzas armadas entraron en Irak y después salieron, ya que hubo una decisión política para ello.
"La elección de Balti Picornell es el paso que ratifica que la política la hacen todos los ciudadanos"
-¿Las heridas entre pablistas y errejonistas se curarán?
-El grito de unidad del pasado domingo en Vistalegre se captó. Ahora lo que debemos hacer es cuidar la imagen del partido, creer en la gente y no caer en los métodos de la vieja política. Podemos ha abierto la política en España mediante la democracia y el debate. Ahora cambia su organización, pero debemos seguir abriendo la política.
-¿Aspira a tener un puesto de relevancia al ser uno de los más votados el domingo?
-Yo iba en el puesto número 9 de la lista de Pablo Iglesias, pero fui votado por errejonistas y por gente de todos los sectores. Ello no quiere decir que tenga un cargo de responsabilidad. Yo estaré para colaborar en lo que consideren oportuno, ya que tengo la ventaja de estar jubilado. Como he dicho antes, puedo ir a pegar carteles. Entiendo que Podemos es un partido de gente joven, de educación democrática y lo que hay que hacer es debatir.
-¿Cómo vivió la crisis en Podemos de las islas y Xelo Huertas?
-Soy un lector de prensa diario y seguí el caso. Lo que puedo decir es que en Podemos no somos gente distinta y en un partido puede que haya gente que no actúe de forma perfecta. Lo importante es que se tomaron las medidas para corregir estos comportamientos, ya que ello es lo que distingue a un partido de otro.
-¿Y hoy con Balti Picornell?
-Para mí es un honor que me hayan invitado a la elección del nuevo presidente del Parlament. La designación de Balti Picornell no es un paso simbólico, sino que es un paso real que ratifica que la política la hacen todos los ciudadanos.
