La economía balear sigue avanzando, pero a una velocidad cada vez más moderada, según las conclusiones del informe de coyuntura presentado ayer por la patrona balear CAEB. Según puso de relieve su presidenta, Carmen Planas, durante el tercer trimestre de este año el crecimiento ha sido del 3,4%, por debajo del 3,7% del segundo trimestre de este ejercicio o del 3,8% del primero, y esa desaceleración se va a mantener al menos hasta mediados del próximo año, según apuntó. ¿Las causas? Entre otras, que los hogares isleños están moderando su consumo y que las empresas están haciendo otro tanto a la hora de poner en marcha nuevas inversiones.

Una primera advertencia realizada por Planas es que esta pérdida de velocidad no debe de interpretarse como un dato negativo. Simplemente, la creación de nuevo empleo comienza a perder fuerza porque en estos momentos ya hay más personas trabajando en las islas que antes de la crisis, y porque la riqueza que se genera actualmente en el archipiélago ha alcanzado ya el valor que tenía en los años de bonanza. En concreto, el producto interior bruto con el que Balears cerrará este año va a alcanzar ya los 27.000 millones de euros, el mismo que se registró en 2007. Es decir, las islas han necesitado de una década para volver a generar la misma riqueza anterior a la crisis, según recalcó el gerente de la CAEB, Sergio Beltrán. Una vez alcanzado un nivel tan algo de actividad, Carmen Planas admitió que lo normal es que los ritmos de crecimiento se moderen y tiendan a estabilizarse.

De este modo, las previsiones de la patronal no son tan optimistas como las del Govern, pero también son positivas. Si el primero augura cerrar el presente año con un crecimiento próximo al 4%, la CAEB lo sitúa entre en torno al 3,5%, y si el Ejecutivo balear pronostica un 3,7% para 2017, la patronal no descarta que se mueva cerca del 3,2%.

Como se ha indicado, una de las causas de la citada pérdida de velocidad en el crecimiento de la economía balear hay que buscarla en que por primera vez en los últimos 12 meses el consumo reduce su empuje, debido a que la capacidad de gasto de los hogares comienza a limitarse. En este aspecto, hay que recordar que, aunque moderadamente, los precios vuelven a crecer, y además la generación de empleo reduce su fortaleza, según se subrayó desde la patronal. En cualquier caso, durante el verano el consumo se ha incrementado un 3,5% con la ayuda del gasto de los visitantes.

Igualmente, la inversión se desacelera por tercer trimestre consecutivo, coincidiendo con la moderación de la confianza empresarial.

Situación por sectores

Respecto a la evolución de los diferentes sectores económicos, los servicios siguen actuando como motor de arrastre y alcanzan el mayor incremento durante el tercer trimestre del año, con un 3,5%, de la mano de una buena temporada turística. Pero también muestran una pérdida de velocidad en su avance, ya que durante el segundo trimestre registraron un alza del 3,8% y en el primero del 3,9%.

La mayor desaceleración se detecta en la construcción. Durante el verano mostró un crecimiento del 2,9%, cuando durante el segundo trimestre había alcanzado un 3,4% y en el primero un 4,3%.

Por contra, la industria gana velocidad, aunque sea de forma muy moderada, y muestra un crecimiento del 1,9% durante el tercer trimestre del año, por encima del 1,8% del segundo y del 1,7% del primero.

Por islas, el incremento de la economía durante el verano se cifra en un 3,3% en el caso de Mallorca, en un 3,4% en las Pitiüses y en un 3% en Menorca, aunque es esta última la que recorta menos su impulso.

Carmen Planas insistió en que esta pérdida de velocidad se va a mantener al menos hasta el segundo trimestre de 2017, pero evitó hacer una interpretación negativa de este hecho y lo achacó a que Balears ha alcanzado ya una actividad muy elevada. Sin embargo, no ocultó que existen puntos vulnerables, como el retroceso de la productividad.

Por otro lado, los responsables de la CAEB lamentaron que en los presupuestos de la Comunitat Autònoma no haya habido un aumento más notable de la inversión productiva pese a crecer el gasto un 10%.

Con carácter general, se advirtió también de que el aumento de la presión fiscal supone una pérdida de competitividad para las empresas, y se recordó que son éstas las que crean empleo.