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"Ahora somos más accesibles, pero hacemos una mala medicina"

Un facultativo terminó viendo a 34 pacientes una tarde cuando al empezar su jornada tenía citados a 19

"Estoy deseando que esta tarde caiga un chaparrón que disuada a la gente de venir al médico y evitar que me colapsen la consulta como la semana pasada", confesaba ayer un médico de un centro de salud antes de iniciar su trabajo de tarde temiendo una reedición de la dantesca jornada laboral que vivió hace siete días.

Ese día tenía citados a 19 pacientes pero al concluir su jornada habían pasado por su consulta 34. Los quince enfermos "inesperados" accedieron a la visita por la vía de urgencia.

"No digo que no tengamos que atender las urgencias, que son prioritarias, pero hay que filtrar cuáles lo son y cuáles no", diferenció este médico antes de revelar el modus operandi ante estos escenarios: "Una persona llega de urgencias y desde admisión le mandan a la sala de curas para que una enfermera valore su gravedad y determine si es necesario que le vea el médico. El problema es que no quieren asumir responsabilidades y admiten a todos. El otro día me mandaron a un paciente al que se le había empeorado un afta (úlcera o llaga en la boca) que tenía desde hace tres meses".

"Además, me parece una falta de respeto para los pacientes que han concertado la cita y han esperado una semana para que les vea (en el caso de este facultativo, su demora media es de una semana) que estas urgencias les pasen por delante", lamentó el profesional. "Si fuera un usuario, no pediría cita previa, me presentaría de urgencias y sería visto antes. Es cierto que ahora somos más accesibles, pero hacemos una mala medicina porque apenas podemos atender unos minutos a cada paciente", concluyó.

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