El juez José Castro imputó ayer un nuevo delito a Miguel Romero, el publicista que realizó dos campañas electorales del PP de Balears y que también se ocupó de parte de las obras y difusión del velódromo público Palma Arena. Castro atribuye a Romero una presunta malversación de fondos y una supuesta falsedad de documento mercantil relacionados con la maqueta del velódromo.

Según el auto de fin de la instrucción, la maqueta del velódromo fue encargada por Nimbus, la empresa de Romero, a un especialista de Alicante, Ezequiel Mora, que también está acusado.

Las dos partes pactaron un precio de entre 24.000 y 27.000 euros que incluía el traslado de la maqueta desde Alicante a Mallorca.

Finalmente Nimbus facturó a la empresa de los hermanos García Ruiz encargada por el Govern de Matas de dirigir las obras del velódromo 66.000 euros, cuando la maqueta costó unos 31.000 euros. Nimbus giró después otra factura de unos 8.000 euros por el traslado de la maqueta.