Dos notarios que dieron fe a donaciones de fincas que beneficiaron a un joven acusado de estafa han declarado hoy ante el tribunal que explicaron con detalle al matrimonio denunciante las consecuencias de las operaciones, si bien el esposo ha contado que solo leyó los documentos "un poquito por encima".

En la tercera jornada del juicio a L.A.R.T.R., para quien la Fiscalía pide 4 años de prisión y la acusación particular 8, y a su madre, C.R.C., acusada como partícipe a título lucrativo del delito de su hijo, ha finalizado la declaración de uno de los denunciantes.

El marido del matrimonio perjudicado ha asegurado ante el tribunal que no leyó con detalle los documentos por los que realizó varias donaciones al acusado y únicamente lo hizo "un poquito por encima".

El hombre ha continuado su declaración de ayer en la que contó que si las donaciones valoradas en unos 37,7 millones de euros fueran reales solo le quedaría para vivir una pequeña vivienda que considera inhabitable, y ha detallado hoy que también dispone de otras propiedades en Manacor y Palma y que cobra rentas por unos cotos de caza y ayudas europeas para algunas fincas.

Uno de los notarios que dio fe a tres de las operaciones cuestionadas, ha contado al tribunal que la primera fue "una donación pura y simple sin ninguna reserva ni ninguna condición, a cambio de nada" que beneficiaba a un joven que no era familia de los donantes, por lo que explicó sus consecuencias "mil veces" tanto al matrimonio como al que recibía la propiedad.

Ha señalado que le preocupaba "la consecuencia jurídica y fiscal de este negocio".

"Hace casi 30 años que soy notario y era la primera vez que hacía una operación de esta cuantía sin ninguna garantía para el donante", ha señalado y ha detallado que preguntó al matrimonio si tenían herederos forzosos porque la donación podía perjudicar a la legítima y le respondieron que no y que "tenían mucha confianza con Luis".

También les explicó que la donación supondría "un problema fiscal gordísimo" por su elevada tributación y les informó de que un usufructo "sería mucho más barato" pero siguieron adelante.

Ha indicado que no les preguntó si les quedaban más propiedades porque no era su competencia, ni supo que una de las fincas que donaban era su propio domicilio.

Según el notario, su percepción fue que "todos sabían lo que hacían" y estaban capacitados, si bien ha admitido que el matrimonio guardaba silencio: "casi no hablaban, el único que hablaba era yo", ha declarado.

Tras la primera donación que gestionó, también tramitó el mismo día la venta de la propiedad a un empresario (acusado de blanqueo en el juicio), operación que notificó al órgano de prevención de blanqueo porque se daban tres de los requisitos que estipula la ley para comunicar este tipo de operaciones.

Según ha relatado, tuvo en cuenta la edad del joven y "que un estudiante pueda operar de esta manera" aunque tenía a su favor una donación anterior, y además el hecho de que la escritura se hiciera el mismo día que se había practicado la donación.

Otro notario que dio fe a otra donación ha relatado que tuvo que preparar la escritura y la firma en el mismo día, que estuvo hablando con los tres implicados un buen rato y que justificaron la donación en que "tenían una relación estrecha, que no tenían hijos y que lo conocían desde pequeño".

"Me pareció que tenían bastante familiaridad con el chico y me contaron que habían hecho otras donaciones antes", ha declarado, además le indicaron que tenían "mucho patrimonio". "Insistieron en que ellos no tenían hijos y querían hacer esta donación", ha añadido.

Le sorprendió que quisieran hacer una operación tan cara fiscalmente y a favor de una persona que no era familiar pero le indicaron que conocían al beneficiario desde niño. "Les pregunté si venían coaccionados y me dijeron que no que es un 'nin des poble'", ha señalado.

Les explicó las ventajas de un usufructo o cesión a cambio de alimentos y le insistieron en que ya habían hecho otras anteriormente.