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Atentado múltiple en Francia

El azar les salvó de la masacre

Jaume Vidal y Xisca Obrador estaban de luna de miel en París y decidieron no cenar en Le Carillon, que les había recomendado un taxista, y que fue tiroteado por los terroristas

El azar les salvó de la masacre

El azar salvó a una pareja de mallorquines de estar en el punto de mira de los terroristas yihadistas, el pasado fin de semana en París. Jaume Vidal y Xisca Obrador disfrutaban de su luna de miel en la ciudad de la luz cuando decidieron en el último instante no acudir a cenar al bar restaurante Le Carillon, uno de los locales tiroteados por los terroristas.

"Un taxista nos recomendó este restaurante y nos dio su tarjeta. Queríamos acudir a cenar allí, pero estábamos muy cansados y decidimos quedar en el hotel y descansar. Eso fue lo que nos salvó". De esta forma explica Jaume Vidal su episodio durante el fin de semana en París. Vidal es concejal de Deportes y Juventud dels ayuntamiento de Campos y destacó como jugador de fútbol en equipos como el Atlético Baleares, Manacor, Vilafranca o Campos. Ahora regenta el popular Bar Can Vermell de su localidad.

Jaume y Xisca llegaron a la capital francesa el viernes. Después de caminar por los lugares más emblemáticos de París pararon un taxi para regresar a su hotel, el Meliá Champs Elysees. Durante el trayecto, el taxista les recomendó varios locales de la fatídica Rue Alibert, en pleno centro de París, donde están situados los restaurantes Le Carillon y Le Petit Cabage, ambos blanco de las balas de los yihadistas. En concreto, el conductor les entregó una tarjeta de Le Carillon y les habló maravillas de su cocina. El taxista no tenia ni idea de que estaba mandando al matrimonio mallorquín a la línea de fuego del atentado.

Una vez en el hotel decidieron no salir a cenar, al estar muy fatigados de patearse París toda la tarde. Esta fatiga les salvó. "Sobre las 23.00 horas -relata Jaume Vidal- empezamos a recibir llamadas de familiares y amigos, alarmados de que nuestro WhatsApp daba señal de estar desconectado. Se tranquilizaron al oír nuestra voz". No escucharon las denotaciones, pero sí el intenso ruido de sirenas que se movilizaron para atender a los cientos de heridos de la Sala Bataclan y los restaurantes Le Carillon y Le Petit Cabage.

Al día siguiente encontraron la bulliciosa ciudad parisina casi desértica. No pudieron subir a la torre Eiffel, como tenían previsto y anhelaban desde hace meses. Estaba cerrada y tomada por las fuerzas de seguridad de la Gendarmería francesa. Tampoco pudieron visitar el famoso mercadillo de Navidad y muchos de los lugares que fueron cerrados al público por motivos de seguridad. Acudieron a la plaza de la República donde pudieron ver las numerosas muestras de solidaridad de los parisino con las víctimas.

Ayer regresaron a Mallorca felices porque el azar les salvó de estar en el epicentro de los atentados durante su luna de miel.

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