La idea de Martí March es lograr un Consell Escolar con más funciones y mejor representatividad, además de "independiente y alejado de la confrontación", pero si ese era su objetivo parecería que no ha empezado con muy buen pie, ya que la elección hecha por el conseller para estar al frente del máximo órgano de consulta del sector ya ha provocado algunos escozores tanto en la comunidad educativa como entre los socios de gobierno.
Nadie duda de la capacidad, formación y experiencia de Pere Carrió para presidir un órgano que además ya sabe cómo funciona porque ya dirigió durante el anterior gobierno progresista. Pero tanto en Illes per un Pacte -donde Carrió colabora- como entre las filas de Més no ha gustado que justamente ahora que se persigue firmar un acuerdo que dé estabilidad al sistema y que englobe a todas las fuerzas políticas (proceso además que se articulará en torno al Consell Escolar) se nombre como presidente a alguien que iba en las listas del PSIB al Parlament. De vicepresidenta, se ha nombrado a Joana Maria Mas, presidenta de la Asociación de Directores de Primaria e Infantil (ADIPMA), que no está afiliada a Més pero sí figuraba como suplente en las listas. Voces de la formación econacionalista lamentan además que así parece que los partidos en el Govern han llegado a un acuerdo para repartirse los cargos. Algo muy 'vieja política', muy vintage.
Por lo visto el descontento de Més no era mayoritario o no era lo suficiente grande como para vetar el nombramiento en el Consell de Govern o bien puede que las críticas quedaran desactivadas ante una novedad que recogió la nota de prensa remitida a los medios: el comunicado especificó que, como la idea es que el Consell Escolar funcione como un "auténtico Parlamento Educativo de Balears", el propio órgano de consulta podrá presentar una propuesta para elegir a su presidente.
