El fidedigno titular “Los empresarios regalan un yate al Rey Matutes” confirma que, en la lampedusiana Mallorca, todo ha de cambiar para que todo permanezca igual. Un ministro balear de Aznar descansa en la cárcel, el segundo se queda con la embarcación regia a un precio que resultaría un saldo incluso para Jordi Pujol, aunque se empeñara en pagar en negro.

Los 2,2 millones desembolsados por Matutes cubren un mísero diez por ciento del precio de coste. La reversión al emperador de Eivissa de un yate administrado por una fundación que preside Carmen Matutes, autoriza a hablar del selfie del Fortuna. Para echarle sal a la herida, la limosna del monarca ibicenco equivale a la cantidad aportada por los contribuyentes de Balears, de quienes nadie se ha preocupado en este birlibirloque.

El pasado domingo ya les avanzábamos el inminente desenlace, con la expulsión del Fortuna de los atraques de Port Adriano. Antes deshicimos la patraña de que el entonces Rey renunciaba al barco de juguete imbuido de austeridad, cuando fue Rajoy quien le obligó a desprenderse del yate. Desmontaremos nuevos infundios sobre la Familia Real, en vísperas del aterrizaje de Felipe de Borbón y de una Letizia Ortiz que cada vez se parece menos a Rania de Jordania y más a la jequesa de Catar.

No podemos evitar la reiteración de mentiras según las cuales Don Juan Carlos de Borbón dejó de venir a Mallorca por el escándalo Urdangarin o por su amistad entrañable con Ciccicorinna, pero podemos contarles la verdad. El Rey Padre, hoy tan desaparecido como Jordi Pujol y por los mismos motivos, se hartó de soportar a Constantino de Grecia y demás gorrones griegos. Es duro tropezarse a cada rato con Irene de Grecia, invocando por los pasillos de Marivent a los santones hindúes reencarnados en vacas. Por no hablar de Sofía de Grecia, a la que su marido querría aplicar la solución israelí.

Los veraneos en Marivent fueron la víctima de la colisión entre Familia Real y familia política. Así lo han divulgado amigas entrañables del monarca, que serán una mina para exploradores de la Corona española. Puedo aportarles además mi propia vivencia. Un día de agosto me encontraba en la sala de autoridades de Son Sant Joan, cuando se me acercó el Rey y me dijo entre sofocos, “vengo a buscar a Constantino, Marivent es un hotel”. Su fastidio era evidente, los fatídicos cuñados. También me enseñó la zona en que “me acabo de manchar los pantalones blancos”, pero este comentario carece de relevancia histórica. Y recuerden que todo esto ocurría antes de Urdangarin.

Por qué plantearse monarquía o república, cuando puedes disfrutar de ambas. El argumento de que prescindir de la Corona implica enormes riesgos, y que podría conllevar un régimen republicano bajo la presidencia de Aznar, no se empleó curiosamente para prescindir del franquismo, tarea que implicaba enormes riesgos y que conllevó la presidencia del mismo Aznar de antes. Recuerde, el gobernante incorruptible que hizo ministro a Matas y casó a su hija en presencia de le tout Gürtel.

Felipe VI ha decretado que “la Familia Real no podrá trabajar en el sector privado”. Errónea decisión, cuando el caso Infanta surge precisamente de los nada laboriosos royals que deseaban enriquecerse sin trabajar en ningún sector. En el fondo, el nuevo Rey determina que sus allegados solo podrán dedicarse a actividades de provecho. En fin, se entiende que sus familiares son incompatibles y no podrían explotar una farmacia, a diferencia del president balear.

El ufano Bauzá ha recibido malas noticias desde Segovia. El encarcelamiento de su antecesor y promotor James Matas vuelve a demostrar que la Justicia se empeña en castigar a los políticos exculpados por el Tribunal Superior. El ministro de Aznar sin yate preferiría hoy haber sido imputado en Operación Mapau, con lo cual se hubiera librado de su actual calvario. Los magistrados que pretendían hacerle un favor lo estaban condenando, y viceversa. De momento, el farmacéutico ya cuenta con la exculpación previa del TSJ. Continuará.

Bauzá mataría por regresar a su Madrid natal aunque fuera de mascota de un ministerio, en tanto que los madrileños inteligentes se enamoran de Mallorca. Hoy nos ilustramos con una foto del álbum familiar de Pedro Sánchez, seleccionada personalmente por su madre, Magdalena Pérez-Castejón. El secretario general del PSOE posa en Formentor junto a su progenitora y su hermano, en agosto de 1985.

La familia madrileña descubrió Mallorca por casualidad, y repitió como nos ocurre a casi todos. De este modo, Pedro Sánchez disfrutó de sus vacaciones en Can Picafort entre los 14 y los 17 años de edad. Le marcaron con tanta intensidad que se los recordaba a Francina Armengol y Pablo Martín en el congreso del PSOE. No estruje su magín para ver de recordar al líder socialista, dejó más huella entre las turistas inglesas de la época que entre los nativos.

Podríamos acabar insistiendo en los colegios profesionales de Balears que galardonaron a Matas. Los economistas, o los farmacéuticos que le dieron una medalla de oro. Preferimos acabar en clave optimista. En un solo recorrido por el Paseo Mallorca, hasta dos parejas de turistas fotografiaban admirados el diseño de un hotel y una coctelería fáciles de imaginar. Por suerte, estos establecimientos no son avalados por Costas ni por Isern.

Reflexión dominical revolucionaria: “No hay que cambiarlo todo, basta que cambiemos todos”.