"¿La LOMCE? Pues otra ley impuesta", resume Antònia Serra, que cree que entre TIL y LOMCE "el curso que viene será una locura: peor que éste". Más allá del fondo de la ley, con la que no están de acuerdo, los aspectos prácticos que supone la llegada de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) es para ellos un motivo más de preocupación. La ley diseñada por el ministro Wert comenzará a aplicarse el curso 2014-2015 en 1º, 3º y 5º de Primaria. Además desaparecerán los programas de cualificación profesional inicial (PQPI), sustituidos por la nueva FP Básica.

El cambio fuerte será para los colegios, que además tendrán que extender el TIL a todos los cursos. Joana Maria Mas se muestra rotunda y pesimista sobre esta conjunción y concluye que "los alumnos de las islas no saldrán adelante al tener que asumir TIL y LOMCE en dos cursos: es demasiado vaivén".

Ante el precedente del TIL, a Serra le preocupa que la LOMCE "implica mucha legislación autonómica"; legislación como los currículos, señala Jordi Escudero, "que haría falta que se concretasen ya", aunque sea solo por el tema de los libros de texto. Mas subraya la necesidad de saber ya qué optativas serán de obligatoria oferta.

A Antoni Morante le preocupa que se sustituya la Selectividad, "hecha con rigor", por pruebas específicas de cada universidad y recela de las reválidas, "que se harán en cada centro sin control". Además, cree que los alumnos de Balears, que vendrán de hacer asignaturas troncales en inglés, "estarán en desigualdad de condiciones" respecto a los del resto del país. Advierte además de que no se sabe qué pasará con los alumnos que no pasen la reválida.

Otro puntos de la ley que tampoco ven muy claro es el hecho de que la Administración tenga más peso a la hora de designar al director del centro, en detrimento del claustro y del consejo escolar, cuyo margen de maniobra disminuye.

Mas se muestra muy crítica con el espíritu de la ley, que considera "clasista" al pretender "vaciar las universidades y perjudicar a los centros públicos: la ley da libertad a los centros para aumentar horario u ofrecer otras optativas, pero, ¿cómo lo haremos los centros públicos? Tenemos los maestros y los recursos que tenemos". Serra está convencida de que, como el TIL, la LOMCE generará "una fractura social".

"Lo que no puede ser es tanto cambio normativo, venga del partido que venga; afectan mucho a la normalidad del sistema", denuncia Escudero; "cambios legislativos que solo pasan en Educación", puntualiza Mas. Morante resume cuál cree que es el problema: "Los cambios no se hacen pensando en criterios pedagógicos, sino políticos, y nadie evalúa los resultados, que son a largo plazo".