"He ganado el dinero honradamente". Alexander Ivanovich Romanov, el líder en España del grupo mafioso ruso Taganskaya, detenido el miércoles en Peguera, no daba crédito a lo que le sucecía cuando una docena de guardias civiles con el rostro cubierto con pasamontañas, todos ellos armados, entraron la mañana del miércoles súbitamente en su casa y le acusaron de ser un delincuente internacional. El individuo, que apenas habla unas palabras en castellano, quiso que los investigadores que estaban buscando en su lujosa vivienda cualquier documento que pudiera relacionarle con las actividades delictivas de esta mafia moscovita, entendieran que no iba a reconocer ningún delito. El detenido explicó que era un empresario de éxito que había ganado el dinero a través de sus negocios legales.

Pero estas palabras no cuadran con los datos que durante los últimos dos años han ido acumulando los investigadores de la Guardia Civil. Describen a Romanov como un especialista en blanqueo de dinero, que administra los beneficios que el grupo mafioso obtiene en su país. El dinero se introduce en España a través de diferentes métodos con los que se pretende no llamar la atención de las autoridades, y después se invierte en negocios rentables. Y la actividad que más dinero genera en España es el turismo, por lo que el empresario ruso decidió invertir el dinero en la compra de un hotel en Calvià.

Los investigadores calculan que el ciudadano ruso logró blanquear seis millones de euros en la compra del hotel. El hombre es propietario de varios gimnasios en su país y sostiene que de allí gana el dinero que después invierte en España. Sin embargo, la Guardia Civil cree más bien que sus ingresos proceden de actividades ilegales en Rusia. El detenido, que fue un alto directivo en un banco de Rusia, huyó de su país después de ser condenado por coaccionar a un empresario. Se trasladó a vivir a Mallorca para no ingresar en prisión. Se le considera un especialista en el método delictivo raids. Consiste en apropiarse del control de empresas por métodos violentos; vaciar todos los activos de las sociedades, y después hacerlas entrar en quiebra y desaparecer.

El registro del domicilio de Peguera, situado junto al hotel Mar i Pins que adquirió Romanov en 2010, se prolongó hasta las tres de la mañana. Los agentes, que en ningún momento se quitaron los pasamontañas para evitar que el mafioso les pudiera identificar, intervinieron cientos de documentos que estaban repartidos por varias estancias de la casa. El lujo de la vivienda, además de su privilegiada ubicación en primera línea de costa, refleja el alto nivel de vida que llevaba esta familia rusa, que prefería pasar desapercibida para no llamar la atención.

El empresario ruso, que según afirman allegados era quien personalmente dirigía las obras de reforma del hotel Mar i Pins, disponía en su casa de varios ordenadores de última generación. Los investigadores tardaron horas en volcar el contenido de los archivos que se guardaban en estos aparatos electrónicos. Se confía en que esta información pueda ayudar a demostrar las operaciones de blanqueo de dinero que ha realizado este grupo mafioso en España.

Tanto Romanov como su mujer y su suegro fueron trasladados de madrugada, una vez terminado el registro, a la Comandancia de la Guardia Civil. Su suegra, que también figura en la denuncia de Anticorrupción, fue imputada, pero quedó en libertad. Se la acusa de colaborar en los negocios ilegales de su yerno. Ayer fue citada por la Guardia Civil para ser interrogada. La defendía el abogado Llorenç Salvà. No quiso declarar.

Mientras tanto, los investigadores continuaron ayer realizando gestiones en el marco de la llamada operación Dirieba. Los agentes acudieron al Consell Insular, al Ayuntamiento de Calvià y al departamento de Costas, para pedir los expedientes administrativos relacionados con Romanov o con cualquiera de las empresas con las que ha gestionado sus actividades económicas.

Los investigadores sitúan a la esposa de Romanov, Natalia Borissovna Vinogradova, en una posición clave en la organización. Esta mujer ocupó, antes de trasladarse con su marido a Mallorca un alto cargo en el Gobierno ruso, según señalaron fuentes próximas al caso. Se la considera la colaboradora más próxima a su esposo y figura como administradora de la sociedad que gestionaba el hotel, cuya compra se habría financiado dinero procedente del delito.

La Guardia Civil facilitó ayer a las instituciones que visitó un largo lista de nombres, tanto de personas físicas como de sociedades, que podrían estar relacionadas con las actividades criminales de este grupo mafioso establecido en Mallorca. Romanov, que utilizó a una testaferra para que figurara en la operación de compra del hotel de Peguera, por el que invirtió seis millones de euros, manejaba cinco sociedades. Estas empresas las controlaba el abogado Amado Sastre, detenido también en la operación, cuyo despacho de Palma fue registrado el miércoles por la Guardia Civil. El mafioso moscovita solicitó insistentemente a los funcionarios que llamaran a Sastre para que estuviera presente en el registro, desconociendo que también había sido detenido, al igual que su asesor fiscal y la compatriota que nombró directora del hotel, pese a que el establecimiento llevaba tres años cerrado. El asesor tributario justificaba ante Hacienda que el dinero que entraba en España se dedicaba a la ampliación de capital de la empresa matriz.