Un estudio de investigadores de enfermería de la Universitat ha recibido una mención especial en los Premios Reina Sofía contra las drogas, convocados por la Fundación para la Atención a las Toxicomanías de Cruz Roja Española (CREFAT). La investigación, fruto del trabajo del Grupo Balear de Enfermería en Drogodependencias (GIBED), se centra en valorar las actitudes y los conocimientos de las enfermeras ante el alcohol y la atención a drogodependientes. El director de este grupo, Jesús Molina, recibió la distinción de manos de la Reina el pasado miércoles en Madrid.

El jurado valoró el trabajo al ser pionero en atención primaria y secundaria y por tener propuestas muy concretas para mejorar la calidad asistencial. Los investigadores recogieron las percepciones del personal de enfermería que atiende a pacientes con consumo de alcohol en las unidades de urgencias de corta estancia y salud mental en los hospitales públicos. Una de las principales conclusiones de este estudio es que las propias enfermeras creen que es necesario tener más conocimientos para atender a los pacientes drogodependientes. En segundo lugar, consideraron que los dos factores que más dificultan la atención a este tipo de pacientes son la percepción social y la actitud profesional; seguidos por las habilidades para la comunicación y las experiencias previas. Lo que menos dificultad les generaba era el tipo de servicio en el que trabajan y en último lugar sus opiniones personales.

Interrogadas sobre si les gustaba o no trabajar con drogodependientes alrededor de la mitad dijo no importarle y un 7,6% señaló agradarle la tarea, aunque casi un 39% indicó lo contrario. "No es la patología con la que más cómodas se encuentren a la hora de trabajar", reza el estudio, aunque "aceptan al paciente y lo tratan como a otro usuario cualquiera, aun cuando se sabe que la atención es claramente diferenciada".

Numerosas de las encuestadas señalaron haber tenido problemas con estos pacientes. ¿Por qué? Un 20% por la inexistencia de protocolos y entre un 17 y un 18% por falta de tiempo. Otros motivos menores señalados fueron haber vivido experiencias negativas (14%), miedo (8%) y falta de interés (10,6%). Aseguraron tener un nivel de satisfacción laboral adecuado y mostraron una actitud integradora y de comunicación.

El personal también fue encuestado sobre cómo percibían a estos pacientes. La mayoría estuvo de acuerdo con que su vida "no era agradable" y alrededor del 70% consideró que requieren ayuda psiquiátrica y algunos más vieron necesario que reciban tratamiento médico.

La mayoría de enfermeras interrogadas para el estudio opinaron que las características que definen al drogodependiente y al alcohólico son muy similares, aunque a este último paciente lo ven "menos inconformista" que al drogodependiente. Ambos son considerados como enfermos.

En general, y tal y como recogen las conclusiones del trabajo del GIBED, perciben al alcohólico como una persona con dificultades emocionales severas, con complejo de inferioridad o solitaria, pero no como una mala persona ni sensible.