El ministerio de Agricultura, Medio Ambiente y alimentación ha pedido a Bruselas la protección de la almendra cultivada en Mallorca mediante la creación de la etiqueta Identificación Geográfica Protegida (IGP). Este distintivo permitirá que el fruto seco isleño tenga un sello de calidad y la garantía de que se ha producido en Mallorca. Si se consigue, sería la única almendra de España con este sello de calidad.

La Identificación Geográfica Protegida, según los agricultores, permitiría un impulso muy importante de este sector en la isla. Hay que recordar que Mallorca fue el principal productor de España de este fruto seco, llegando a cultivar el 50% de la producción a nivel nacional.

El pasado mes de junio, el Boletín Oficial del Estado publicó el anuncio del Ministerio donde se ponía en marcha toda la tramitación para conseguir el distintivo de la Identificación Geográfica Protegida, un sello que solo puede otorgar la Unión Europea. La ensaimada o la sobrasada consiguieron la IGP hace varias décadas.

Begoña Losada, gerente del grupo de cooperativas Fruits Secs, entidad que engloba el 60% de la producción de la isla, señaló que "esta distinción creará un valor añadido sin precedentes para nuestro fruto y servirá para que no se venda almendra de otros lugares como mallorquina". Losada comentó que ellos han participado en la elaboración del pliego de condiciones que dirimirá las características de la almendra que podrá acogerse al distintivo. Entre los principales requisitos destaca la certificación del origen del fruto y las variedades tradicionales de Mallorca.

El impulso para poner en marcha la protección de la almendra de Mallorca se realizó durante la pasada legislatura. Concretamente fue el director general de Agricultura del Pacto, el socialista Antoni Perelló, quien inició todos los trámites ante el entonces ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino. Ahora Madrid ha culminado la tramitación enviando la solicitud a Bruselas.

Iniciativa de los agricultores

La iniciativa surgió de las agrupaciones de agricultores y cooperativas mallorquinas y contó con el apoyo de Agricultura. El Govern encargó a la Universitat de les Illes Balears (UIB) un estudio para avalar la candidatura de la almendra mallorquina ante Bruselas. Este trabajo científico tuvo el claro objetivo de resaltar los elementos diferenciadores del fruto seco autóctono respecto al de otros puntos de Europa. Su cultivo en tierras rojas de secano le dan un sabor diferenciador. El clima isleño, las variedades exclusivas de Mallorca, su vinculación con el territorio y su importancia para la gastronomía mediterránea, son algunos de los elementos que convierten la almendra de Mallorca en especial.

El estudio de la Universitat de les Illes Balears se basó en las variedades exclusivas autóctonas como son la vivot, pons, pau, jordi, masbovera, glorieta y Pere Xina. Asimismo, se incluyeron otras variedades peninsulares que hace muchos años están integradas y arraigadas en la isla como es el caso de la moncayo, ferragnés o la guera, entre otras especies.

Entre los años 50 y 60 los turrones de Alicante tenían a la almendra de Mallorca como principal ingrediente. De hecho, todavía hoy las industrias turroneras alicantinas compran gran parte de la almendra mallorquina, pues la consideran una de las mejores del ámbito nacional, especialmente por su sabor, su textura y su gran contenido en grasa vegetal.

Una de las principales características diferenciadoras del fruto seco mallorquín es la forma de cultivo. Nacen y crecen en tierras de secano, lo que provoca el alto contenido graso y de sabor. El principal escollo es la bajada paulatina de la producción de almendra durante las últimas décadas.