­"Estoy dando demasiadas explicaciones y estoy ya cansado de este asunto", dice Antoni Bennàssar, presidente del Colegio de Médicos (Comib), en el ojo del huracán tras ser destituido y recolocado de nuevo en su cargo de jefe de servicio de Traumatología de Inca tras una auditoría en este departamento impulsada por el director general del Ib-Salut, Juan José Bestard. Bennàssar no arroja pistas sobre quiénes han sido sus valedores para que continúe en su puesto del hospital comarcal a pesar de que el propio Bestard le dijera que no contaba con su confianza. "El sentido común y la justicia han sido mis valedores", concluye justo después de analizar con este diario algunas de las presuntas irregularidades que se atribuyen a su servicio en Inca.

De 427 derivaciones, 200 de su servicio

El equipo auditor ha encontrado que de las 427 derivaciones de pacientes a otros centros hechas por el hospital de Inca de enero a julio de este año, 200 han correspondido al servicio de Traumatología, un departamento que por otra parte tiene la media más baja de ocupación de quirófanos de los hospitales de Balears.

Bennàssar responde que estas derivaciones las deciden el gerente y el director médico del hospital comarcal. "Traumatología genera mucho trabajo y tenemos pocos quirófanos. Los responsables miran las listas de espera y cuando hay peligro de que se superen los 180 días de retraso quirúrgico (lo que obligaría a aplicar el decreto de garantía de demora), optan por derivar a otros centros sanitarios concertados. Pero, repito, ésta es una decisión que no tomo yo", se defiende.

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