Hace dos cursos que el Plan Bolonia aterrizó en el campus de la Universitat (UIB) y lo cambió todo. La novedad más vistosa fue la sustitución de las carreras y diplomaturas por grados de cuatro años de duración. Pero la adaptación al Espacio Europeo de Eduación Superior trae consigo infinidad de cambios más que se van viendo poco a poco. El más importante es a nivel pedagógico y para eso han de prepararse tanto los alumnos como los profesores. Sobre todo los profesores.

¿Lo están haciendo? Algo está pasando. Cada vez más profesores están cambiando el chip, acercándose a una docencia más personalizada y que va incorporando nuevos recursos y metodologías. Algo está cambiando. Así lo aseguran desde el rectorado: "En la UIB ha nacido una masa crítica de docentes, nadie quiere quedarse atrás en la innovación, es como un fenómeno", asegura Juan José Montaño, vicerrector asociado de Ordenación Académica y Convergencia Europea y una de las personalidades académicas que ayer presentó la prueba palpable de que los profesores se están renovando: el libro Proyectos de innovación y mejora de la calidad docente, en el que más de cien profesores de la UIB describen cómo están impartiendo su asignatura y qué han cambiado.

Internet y las nuevas tecnologías por supuesto tienen un papel destacado en esta revolución docente. Basta ver algunos de los ejemplos recogidos en este volumen financiado por el Ministerio de Educación y coordinado por el vicerrectorado de Profesorado e Innovación Pedagógica, el Institut de Ciències de l´ Educació (ICE) y la Oficina de Convergencia y Armonización Europea de la UIB. Un ejemplo: la web que han diseñado docentes de Alemán y Alemán II del grado de Turismo.

Las autoras del artículo, Gloria Bosch, Begoña Velasco y Francisca Roca, lamentan el bajo nivel con el que llegan los alumnos y que casi no haya manuales para la enseñanza de alemán específico para el turismo. Por ello, han diseñado una web al entender que "el aprendizaje interactivo y cooperativo mediante los recursos en red (redes sociales, blogs y wikis) motiva a los alumnos y favorece especialmente la lectura y la escritura del alemán". En la web hay opciones para consultar vocabulario y frases útiles en el aeropuerto y en hoteles, entre otras muchas más opciones.

En otro artículo, Josep Barceló y Carlos Guerrero analizan cómo adaptar a herramientas educativas las características que han hecho triunfar las redes sociales "de forma espectacular", como la capacidad de compartir y conocer las tareas o actividades que lleva a cabo tu entorno de amistades; algo "perfectamente extrapolable" a un entorno educativo.

Algo que también implica Bolonia es la de una mayor coordinación. El docente que va a la suya y sólo se preocupa por su asignatura no encaja en la universidad europea. Por ello, un grupo de profesores (Loren Carrasco, Ignasi Furió, Catalina Ordinas, Ricardo Alberich, Pere Antoni Palmer y Santos Urbina) ha diseñado un "espacio de coordinación docente on line".

Todo lo que sea on line encaja muy bien en las directricas de la UE, pero no sólo de internet vive el profesor. Varios docentes han apostado por innovar en otros aspectos. Véase por ejemplo Antònia Pades, que ha diseñado un proyecto para que los estudiantes de Enfermería aprendan a desarrollar competencias sociales y habilidades comunicativas; nuevas competencias en un nuevo tipo de docencia.

Enfermería y Fisioterapia son de de los departamentos que más se lanzan a la innovación, según cuenta Montaño, pero más o menos todos los estudios (y profesores de todas las edades, no sólo los jóvenes) se están contagiando de este afán por renovar sus métodos, incluso las áreas que parecen más conservadoras.

Por ejemplo, señala Montaño, Derecho y Economía han sido pioneros en organizar seminarios de innovación docente. Precisamente el libro de proyectos incluye un artículo de varios profesores de Economía (Javier Capó, Xisco Oliver y Maria Sard) que plantean esta ´nueva´ docencia desde una perspectiva económica, evaluando la ´productividad´ del método de evaluación continua que trae Bolonia. Y la conclusión es que es rentable, sobre todo para los estudiantes ya que hay más aprobados entre los alumnos que se someten a la evaluación continua que aquellos que prefieren seguir con el método tradicional de jugárselo todo en el examen final.

En este volumen hay proyectos de todo tipo y enfocados a todos los estudios. Un ejemplo está en la propuesta de la Escuela Politécnica Superior (EPS), cuyos ingenieros han empezado a editar su propia revista: enginy@eps.

Lluís Ballester, director del ICE, señaló ayer que lo más importante de todos estos artículos es que representan "un cambio real".