La Fiscalía Anticorrupción pidió anoche prisión eludible con una fianza de 300.000 euros para Cristina Cerdó. La exteniente de alcalde del Ayuntamiento de Palma con UM hasta febrero del año pasado está acusada de desviar fondos públicos para montar una red de captación de votantes y afiliados para el partido disuelto ayer mismo. Idéntica acusación es la que llevó a los fiscales a solicitar una fianza de 100.000 euros para la número dos de Cerdó durante su etapa en Cort, la excoordinadora de Medio Ambiente Paula Cortés.

Durante la jornada, que arrancó con la detención a las dos de la madrugada de Cerdó y su paso a disposición judicial, también fue detenido el exconseller de Deportes del Govern Mateu Cañellas, igualmente de UM, que al filo de las once de la noche era puesto en libertad con cargos y sin fianza. A su salida de los juzgados, Cañellas se cruzó con Josep Melià y Joan Monjo, presidente y secretario general de UM, citados por el magistrado de guardia, Francisco José Pérez, una hora después de haber anunciado la disolución del partido y su refundación con el nombre de Convergència de Balears.

La operación Picnic sumó en total ayer cinco imputados, que elevan a doce los supuestos implicados en la trama de desvío de fondos del Ayuntamiento de Palma para la captación de militantes y votantes para Unió Mallorquina (UM). Entre los nuevos imputados destacan Cristina Cerdó y Mateu Cañellas, dos ex compañeros de partido que escenificaron ante el juez y los fiscales Anticorrupción sus acusadas diferencias políticas.

La primera en caer fue Cristina Cerdó. La Policía tenía en el punto de mira a la expresidenta de Emaya, expresidenta del IMFOF y exteniente de alcalde de Palma desde que comenzó la operación contra la trama acusada de utilizar dinero público para contratar a militantes de UM que se dedicaban a captar votantes y afiliados, pero un viaje a Barcelona mantuvo a Cerdó fuera de la ciudad hasta el domingo por la noche. Fue entonces cuando su abogado negoció la entrega de Cerdó en Jefatura. La expolítica evitó así la detención en el aeropuerto, aunque fue obligada a presentarse pasada la medianoche en las dependencias policiales.

Cerdó, al calabozo

Allí la interrogaron hasta las cinco de la madrugada, momento en el que Cerdó fue enviada a los mismos calabozos en los que dormía, por tercera noche consecutiva, su número dos en el Ayuntamiento, Paula Cortés. Cortés era de hecho la única de los siete primeros detenidos en la operación anticorrupción iniciada el viernes que seguía en los calabozos ayer, después de la liberación con cargos del exdirector de Formación del Ayuntamiento de Palma, Enric Molina, y del ex asesor de Medio Ambiente (también en la etapa de UM), Salvador Maimó (ahora presidente de la asociación de vecinos de Es Fortí).

Tanto ellos dos como algunos de los otros imputados habían reconocido durante el fin de semana a los investigadores la existencia de una red formada por una veintena de militantes de UM que cobraban sueldo público, pero se dedicaban en realidad a captar afiliados y votantes durante sus horas de trabajo para el Ayuntamiento. Todos ofrecían un mismo nombre como cabecilla de la trama: Cristina Cerdó. A ella había apuntado también en Jefatura Paula Cortés, que ayer, tras compartir calabozo con Cerdó, matizaba su versión en los juzgados para asegurar que los contratados de UM trabajaban para el Ayuntamiento en su horario laboral y solo se dedicaban a captar militantes al acabar la jornada.

Esposada y sonriente

Paula Cortés y una sonriente Cristina Cerdó llegaban juntas y esposadas a las dependencias de Vía Alemania a las 9.10 de la mañana. Minutos después comenzaba la declaración de Cerdó ante el juez y los fiscales anticorrupción, a los que explicó que no se encargaba ella de las contrataciones y que en realidad era su compañero de partido y rival político Mateu Cañellas el cerebro de una trama que afirmaba desconocer.

Le recordaba así Cristina Cerdó al juez que Cañellas, antes de ser nombrado conseller de Deportes del Govern Antich, se había encargado de dirigir la campaña electoral de Miquel Nadal, ex presidente de UM, ex candidato a la alcaldía de Palma e imputado en varias causas de corrupción. Tras descargar responsabilidades sobre Cañellas, Cerdó concluía su deposición ante el juez a las 11.30 horas, cuando entraba en los calabozos de los juzgados ya sin la sonrisa de primera hora y con un rostro visiblemente demacrado.

Solo una hora y media después de que concluyese la declaración de Cerdó, al filo de las 13.00 horas, aparecía en los juzgados Mateu Cañellas, al que se detuvo por orden del juez tras las acusaciones vertidas por su excompañera de partido. El interrogatorio de Cañellas comenzó a las 17.30 horas y se prolongó hasta casi las 20.00, dos horas y media en las que el ex conseller de Deportes devolvió el golpe a Cerdó: Cañellas confirmaba al juez que fue el máximo responsable de la campaña a la alcaldía de Nadal, pero atribuía las acusaciones de Cerdó al enfrentamiento que mantenían dentro de UM.

Según el relato de Cañellas, su relación con los representantes de UM en Cort concluyó tras la campaña que convirtió a Aina Calvo (PSOE) en alcaldesa y a Miquel Nadal y Cristina Cerdó en los puntales de su Gobierno. Cañellas sostiene que en ese momento se centró en sus labores como nuevo conseller de Deportes del Govern Antich y aseguró ante el juez que llegó incluso a presionar para que se desvinculase la gestión del partido de la acción de gobierno de UM en las distintas instituciones, hecho que, según él, le granjeó la animadversión interna de la corriente de Nadal y Cerdó .

El ex conseller de Deportes subrayó de hecho que solo se enteró de lo que ocurría en Palma hace unas semanas, cuando se vio implicado en el caso Maquillaje por acusaciones similares a las que ahora se le imputan. A las once de la noche el juez dejaba a Cañellas en libertad con cargos pero sin fianza ni medidas cautelares. Lo mismo ocurría con dos funcionarios de Cort y un empresario de transportes de Sóller (hermano de un exconcejal de UM imputado en otra causa), imputados a primera hora de la tarde y liberados por la noche tras prestar declaración.

La gran sorpresa: citan a Melià

Segundos después llegaba la gran sorpresa de una jornada que había arrancado con la detención de madrugada de la exteniente de alcalde Cristina Cerdó: el juez citaba al secretario general de UM, Joan Monjo, y el presidente del partido, Josep Melià, que habían anunciado solo una hora antes la disolución de UM y su refundación con el nombre de Convergència. Melià y Monjo se cruzaban en la puerta con Cañellas, que a su salida agradecía el trato recibido. El secretario general y el presidente de la UM ya renombrada como Convergència de Balears eran citados en calidad de máximos representantes del partido, que deberá pagar una fianza de responsabilidad civil que podría ascender a 1,6 millones de euros.