Juan Carlos Pujol, administrador de la empresa que resultó adjudicataria de la catalogación de los ´spa´, desveló ayer que directores de hoteles auditados –fueron 10 en total– le llamaron para quejarse porque no les habían enviado el informe sobre el resultado de su auditoría. De hecho, antes de empezar el proyecto "todos los hoteles querían saber si iba en serio o en broma", declaró Pujol. Los ´peritos´ –Marisol Carrasco y Josep Lluís Capllonch– visitaron los establecimientos de incógnito –"usábamos nombres ficticios y después de la evaluación pedíamos hablar con el director– en verano de 2009. Después estalló el caso Voltor, y el proyecto quedó en el aire.

Los testigos aseguraron que el trabajo –cuya utilidad está cuestionada– se hizo realmente, y justificaron no haber entregado los resultados a los hoteles auditados "porque la conselleria de Turismo se quedó con la propiedad intelectual" y no se lo permitió. Ellos no pudieron hacer nada porque tenían "las manos atadas", dijeron, ya que dependían del dinero público.