El matadero de ganado de Palma, Carn Illa, decidió ayer cerrar sus puertas temporalmente al no poder trasladar los residuos de los animales sacrificados a la planta de tratamiento de Llucmajor, una medida que tampoco descartan otros mataderos como la cooperativa Ramaders Agrupats de Felanitx. La planta de tratamientos de Llucmajor es una finca con lombrices que devoran los residuos de animales, que después se transforman en abono ecológico. El problema es que recibe muchos más desechos de los que es capaz de tratar, lo que provoca malos olores y problemas ante los que los vecinos de la zona llevan años protestando.

El Ayuntamiento de Llucmajor apoya las protestas de los vecinos de sa Marina y de los afectados por la planta, quienes han organizado una manifestación frente al Consolat de Mar para el próximo día 31. El Ayuntamiento, que ha limitado el acceso al camino, aún esta a la espera de que Govern y Consell construyan el horno de incineración y que se suprima esta planta que, según los vecinos, ya ha provocado un presunto delito medioambiental y es un atentado contra la salud pública.

La imposibilidad de depositar los residuos en la planta de Llucmajor ha hecho que el matadero de Palma optara por cerrar "hasta nueva orden", una medida que se adoptó ayer mismo. Por la mañana, los camiones que trasladaban el ganado ya no pudieron entrar a las instalaciones de Carn Illa, según explicó Antoni Niell, presidente de la asociación de abastecedores de carne.

En Mallorca existen cuatro grandes mataderos de ganado (Palma, Felanitx, Manacor e Inca) y varios de aves, como Matisa. El presidente de ASAJA Balears, Biel Company, dio ayer la alarma y advirtió de que si se suprime la planta de Llucmajor habrá mataderos que deberán cerrar y, sobre todo, la isla se quedará sin un lugar en donde depositar los residuos del ganado y aves. La consecuencia es que los ganaderos deberán conservar los animales más tiempo, con los consiguientes perjuicios económicos. "Si una ´porcella´ se pasa de kilos, ya no se puede vender", explicó Company.

El presidente de ASAJA criticó duramente al Govern y al Consell por no haber afrontado a tiempo el problema de los residuos cárnicos. En este sentido, recordó que en el año 2000, con el primer Pacto de Progreso, "se perdió la oportunidad de una subvención milmillonaria de la Unión Europea" para instalar en Mallorca un digestor de este tipo de desechos y hasta ahora no se ha adoptado ninguna solución. La planta de residuos de Llucmajor (Comeib) obtuvo el permiso de obras en 2002 y desde el principio comenzaron las quejas. "Los políticos han estado de vacaciones mucho tiempo con este asunto", afirmó Company quien culpó al Govern y al Consell de "pasarse la pelota" continuamente. "·Se ha de acabar ya lo de mirar para otro lado", afirmó.

Unió de Pagesos también criticó el "abandono y despreocupación" de las administraciones, ya que "han pasado los años y no han actuado para poner en marcha un sistema que garantice el tratamiento de residuos cárnicos en Mallorca". Ante el cierre de mataderos, esta asociación exigió al Govern que "actúe" de inmediato para evitar el "colapso" de la ganadería insular y que se ponga "en peligro el abastecimiento cárnico" de productos insulares. "Este estado de cosas deja fuera de la legalidad a la ganadería y la industria cárnica de Mallorca", concluyó.