Tras la agotadora declaración de Jaume Matas, pasadas las doce de la noche del jueves, el ex president se quedó encerrado con su abogado, Rafael Perera, en un aparcamiento subterráneo cercano a los juzgados de Palma. Los medios de comunicación se agolparon en la puerta y esperaron durante más de veinte minutos a que el ex ministro saliera en un flamante coche. La algarabía hizo que varios vecinos se interesaran por lo ocurrido.