El ministerio de Educación de Ángel Gabilondo busca nuevas fórmulas para financiar las universidades. Ha elaborado un borrador, que ahora mismo ya está circulando entre universidades y comunidades autónomas para recabar opiniones y sugerencias. El texto recoge una idea clásica: que los malos estudiantes paguen más. La conselleria de Educación ve esta opción como "muy interesante" y práctica a efectos de planificación. La Universitat también la apoyaría siempre que viniera acompañada de otras medidas complementarias, como un aumento de becas.

El sistema vigente en Balears ya contempla que cada matrícula que se pague por asignatura sea cada vez más cara, pero los porcentajes propuestos por el ministerio a largo plazo son notablemente superiores.

Desde hace cinco años, los estudiantes de la UIB pagan un 50% más por la segunda matrícula. Una tercera matrícula cuesta el doble que la primera y aquellos que llegan a la cuarta tienen que desembolsar tres veces lo que les costó la primera matrícula. El tema está en que en Balears esa primera matrícula es realmente baja en comparación con el coste real del crédito: los alumnos sólo pagan alrededor del 10% de ese coste.

Pongamos el ejemplo de un estudiante balear que paga 10 euros por su primera matrícula. En realidad, su estudio cuesta 100 euros, pero él sólo paga 10 euros. Si suspende y tiene que repetir la asignatura, la segunda matrícula le saldrá por 15 euros; por la tercera, pagará 20 euros; y si llega a la cuarta, tendrá que desembolsar 30 euros.

La idea del Ministerio se plantea en términos de coste real. Según sus planes a largo plazo, en seis años la segunda matrícula costaría la mitad de su coste real. Siguiendo el ejemplo que poníamos antes, la segunda matrícula le costaría a nuestro hipotético alumno 50 euros. A partir de la tercera matricula, tendría que pagar 100 euros.

Ése es el objetivo a largo plazo. De momento, y de cara al curso 2011-2012, el Ministerio plantea encarecer la segunda matrícula entre un 10% y un 15% sobre su coste real. Volviendo a nuestro universitario hipotético, eso se traduciría en pagar hasta 35 euros.

La rectora de la Universitat, Montserrat Casas vería bien este incremento en el curso 2011-2012, pero exclusivamente a los estudiantes que se dedican a tiempo completo a estudiar "nunca para aquellos que se han acogido a la figura del estudiante-trabajador". Casas reiteró varias veces que éste es sólo uno de los puntos de un documento más extenso y condicionó la aplicación de esta medida a que haya más becas. La rectora explicó que el requisito "imprescindible" para aplicar estos encarecimientos es que se garantice "que nadie dejará de estudiar por falta de recursos económicos".

A la directora general de Universidad, Francesca Garcías, lo que más le gusta de esta propuesta es la idea de "corresponsabilizar" al estudiante para que aprovechen realmente las matrículas, de que "sea consciente del coste real de la educación".

Garcías destaca además que, para que la Universitat pueda planificar y organizar mejor los estudios, es importante que los alumnos sólo se matriculen de las asignaturas que realmente creen que pueden aprobar. La directora general confía en que aumentar las matrículas a los repetidores, sumado a la tutorización y planificación que implica el Plan Bolonia contribuirán a que los universitarios no se eternicen en los estudios.