Las fuerzas de seguridad del estado no están dispuestas a que la amenaza terrorista pueda alterar el descanso de la Familia Real en el palacio de Marivent. Tras el atentado mortal perpetrado el pasado jueves en Palmanova, las medidas de seguridad alrededor de los Reyes son extremas. Y ayer quedaron reflejadas en el fuerte dispositivo que se estableció en torno al monarca y a su familia.

Cada año, coincidiendo con la llegada de los Reyes a Marivent, se incrementa la seguridad. Antes de que se inicie oficialmente el veraneo de la Familia Real los agentes de información de la Policía y de la Guardia Civil realizan un "peinado" de las viviendas más próximas al palacio de Marivent. Se quiere evitar la posibilidad de que un terrorista se instale en un piso próximo a la residencia oficial y pueda desde allí controlar los movimientos de los integrantes de la Familia Real, como ya ocurrió cuando un comando alquiló un piso en la zona de Portopí y desde allí se planeó el asesinato de don Juan Carlos.

Este control de vecinos fue mucho más intenso tras producirse el atentado terrorista en Calvià que costó la vida a dos jóvenes guardias civiles al estallar un coche bomba. Preocupa a los expertos en seguridad que los etarras hayan podido cometer un atentado a una distancia tan próximo a la residencia oficial de los Reyes en Mallorca. Hasta ese momento no lo habían conseguido en ninguna de las viviendas en la que residen los Reyes.

La seguridad del palacio se ha establecido tanto dentro como en los alrededores de la finca. En el interior de la casa es la Guardia Civil la que controla quién entra y quién sale. La Policía Nacional tiene encomendada la misión de controlar el exterior.

Durante toda la jornada de ayer los policías se situaron en lugares estratégicos, sobre todo en la entrada principal del palacio. También se montaron controles de seguridad durante el recorrido de la comitiva hasta la residencia de Marivent. La llegada al palacio se realizó sin ningún tipo de incidente.

También se ha reforzado la seguridad en las dependencias militares situadas alrededor de Portopí. Se comprueba cualquier vehículo que puede resultar sospechoso, ante la posibilidad de que los terroristas que cometieron el atentado puedan continuar en Mallorca.

La vigilancia se realiza tanto por mar, tierra y aire. Está prohibido sobrevolar la zona del palacio, incluso para la Policía, así como navegar cerca de la costa situada junto al palacio.

Asimismo, se reforzó la seguridad alrededor del yate Fortuna. Durante los últimos días buzos especializados han revisado palmo a palmo la cubierta del barco para detectar un posible artefacto. No se ha encontrado nada. Ayer el hangar del yate real permanecía cerrado a cal y canto y en permanente vigilancia.