Pilar Ferrer de Sant Jordi, presidenta de la Asociación Balear de Matronas y coordinadora de la unidad docente de matronas de la Universitat de les Illes Balears, acumula años de experiencia en formación sobre sexualidad. La profesional explica las ventajas de la píldora postcoital, pero asegura que, en una sociedad cada vez más permisiva, es necesario redoblar los esfuerzos para formar a los jóvenes a quienes, en su opinión, se debe enseñar a manejar su cuerpo para evitar enfermedades y embarazos no deseados.

-¿Tiene riesgos la píldora postcoital?

-La píldora postcoital no es un método anticonceptivo, sino un tratamiento de emergencia. No tiene un riesgo importante, pero sí supone una cantidad de hormonas relevante. Es importante tomarla antes de que pasen 72 horas de la relación porque si hay un embarazo, tarda seis o siete días en anidar en el útero. Antes de que anide se debe provocar una regla. No se produce un aborto, sino que se evita que el óvulo fecundado anide. Ahora bien, lo que no puede ser es que chicas jóvenes tengan muchas relaciones coitales sin utilizar ningún método anticonceptivo y vayan casi cada domingo o lunes buscando la píldora. Son unas dosis hormonales importantes que a la larga pueden favorecer cualquier patología. Si se abusa, puede dar problemas.

-La píldora cuesta unos 18 euros. ¿Debe sufragarla la Seguridad Social?

-Un aborto o un embarazo no deseado en una adolescente son carísimos. Es mucho mejor que tomen una pastilla. Eso sí, no puede ser que te den la pastilla sin hacerte una pequeña historia clínica. También hay profesionales que se acogen a la objeción de conciencia para no recetarla. Por otro lado, no sé cómo están las arcas de la comunidad autónoma.

-¿Los problemas de Balears son distintos a los de otras regiones?

-El problema más importante de Balears es que somos líderes en enfermedades de transmisión sexual y en embarazos entre adolescentes. A pesar de que hay mucha información, hay poca formación. Ésta implica un cambio de actitudes frente de una actividad sexual que puede ser exactamente igual de satisfactoria, pero sin conducir a enfermedades de transmisión sexual ni embarazos entre adolescentes.

-¿Existiría el peligro de que, al ser gratuita las chicas recurrieran más a esta píldora?

-Hay que dar formación. Igual que antes podías ir por la calle sin problemas porque había pocos coches, ahora lo primero que te tienen que enseñar es que hay semáforos. En este momento hay más libertad sexual y lo primero que tendrían que enseñar a la gente es a manejar su propio cuerpo.

-¿Está mal enfocada la educación sexual?

-Dentro de la comunidad hay muchas instituciones que hacen educación afectivo-sexual. Todo el mundo da charlas y estas no valen para nada. La educación sexual no se hace en una hora ni en dos porque lo que se tiene que hacer es cambiar actitudes. Los chicos se fijan en si les das un preservativo o no y realmente seguimos con los estereotipos coitocentristas y de género en la sociedad.

-¿Cómo se debería afrontar?

-Debe haber unos puntos de información claramente establecidos. En todos los centros de salud está la consulta de la matrona, que está muy cargada, pero que sería la persona ideal para dar información sobre planificación familiar y métodos anticonceptivos. Las comadronas son enfermeras especializadas en la salud de la mujer, desde la salud sexual y reproductiva hasta todo el ciclo vital. Lo que pasa es que hay muy pocas. Aquí se forman 15 cada año. Además de esto debería haber una educación afectivo sexual continuada y efectiva en los colegios.

-¿Qué papel juega hoy día la familia en la educación sexual?

-La familia en este momento no es como la de antes. Antes, los padres no explicaban nada. Ahora hay muchas familias, sobre todo extranjeras, que sí dan algunas explicaciones a las chicas. El problema es la presión de grupo, el botellón... Esto hace que esta gente no formada maneje cosas que no debe manejar porque no sabe. Estamos en una cultura coitocentrista y hay mucho anorgásmico... hay muchas chicas que no están preparadas y lo hacen para no ser las tontas.

-¿Hay reticencias sobre el uso del preservativo?

-Hay que cambiar las actitudes negativas respecto al preservativo. El preservativo no es la panacea, pero evita entre el 80% y el 90% de enfermedades de transmisión sexual.

-¿Cuáles son las principales?

-Aquí, las causadas por clamidias y gonococos (bacterias), así como por hongos, que son muy importantes. También hay enfermedades causadas por virus, como el condiloma y el herpes genital. Respecto al sida, antes significaba la muerte pero ahora es una enfermedad crónica y la gente se ha relajado. La gente debería tener un cambio de actitud y prepararse para tener relaciones sexuales según su situación. Se dice que el preservativo ´corta el rollo´ pero se puede trabajar para que, en lugar de cortar el rollo, lo mejore. Si uno mantiene una relación de riesgo y está pensando en que no se ha tomado la pastilla, en que no ha tomado precaución, en que se puede quedar embarazada, las relaciones no son satisfactorias. Cuanto más seguro se sienta uno, más va a disfrutar.

-¿Los menores de 18 son los que tienen más riesgo?

-Un estudio de salud sexual de los españoles y de los baleares de 2006 y 2007 dice que los jóvenes se ponen más el preservativo que los de 40 años. En este momento hay muchas relaciones de riesgo en las que hay una diferencia de edad importante.