Para vigilar todas las zonas turísticas de Manacor sólo hay un coche patrulla de la Policía Nacional, que además presenta problemas de cobertura para mantener la comunicación, y en Ciutadella los agentes se ven obligados a circular con un vehículo de camuflaje, al ser el único en condiciones de que disponen, según se destaca desde el sindicato SUP. Estas situaciones se ponen como ejemplo para destacar las carencias con que se ven obligados a trabajar los agentes destinados a las islas, especialmente durante la temporada turística.

Desde el SUP y la UFP se destaca que los refuerzos que el archipiélago recibe durante el verano son prácticamente nulos, dado que en su mayor parte consisten en alumnos en prácticas. Desde el primero de estos sindicatos incluso se afirma que las cifras que se facilitan están hinchadas. Los datos aportados por la Delegación del Gobierno indican que este verano las islas reciben a 190 de estos alumnos de la Policía Nacional, con 57 asignados a Palma y 29 a Manacor. Sin embargo, desde el SUP se destaca que Palma va a contar en realidad con sólo 30 de estos alumnos, y Manacor con 15.

Todos estos problemas se dan en unos meses en los que habitualmente se incrementan los niveles de delincuencia en el archipiélago. En concreto, los sindicatos policiales han venido destacando la llegada a Balears cada verano de unos 200 pequeños delincuentes procedentes de otras comunidades autónomas -sobre todo desde grandes ciudades como Madrid, cuya población desciende durante la época estival- que aprovechan la presencia de turistas "para hacer su agosto". En este grupo de incluye tanto a carteristas, tironeros, claveleras, trileros y pequeños traficantes de droga.

Zonas frecuentadas

Estos colectivos operan principalmente en zonas turísticas como la Platja de Palma. En el caso concreto de los carteristas, se señala lo habitual que resulta su presencia en el interior de los autobuses de la línea 15 de la EMT y en las paradas de autocares, por citar algunos ejemplos.

También es común detectar esta pequeña delincuencia en los mercadillos de verano o en aquellos espacios habitualmente visitados por los turistas.