La extraña conjunción de los factores turísticos y meteorológicos negativos de este año ha sido muy mala para los intereses de la principal industria mallorquina y el inicio del verano no presenta mejores perspectivas. En casi todas las zonas la ocupación hotelera es muy floja, no parece que vaya a mejorar mucho en julio y se desconoce qué pasará en los dos meses finales de la temporada. Los datos recabados por este diario contrastan con los ofrecidos por el Govern y los tour operadores la pasada semana, que esperan un año similar a 2007, cuando se registró un récord de turistas, con 13,5 millones de visitantes a Balears.

En la Playa de Palma hay una gran sorpresa por el giro que han tomado los acontecimientos, porque, según ha observado el presidente de los hoteleros, Francisco Marín, los establecimientos están "llenos entre jueves y domingo pero muy mal el resto de los días". De esta forma, la ocupación media desciende drásticamente a un 70 por ciento, aunque Marín espera cerrar la temporada con cifras similares a las de 2007. En Palmanova-Magaluf la situación es muy distinta. Junio registró un 100 por ciento, y las expectativas son excelentes para los meses siguientes, incluyendo septiembre, según indicó el portavoz de la asociación de la zona, Joan Espina.

Sin embargo, a pocos kilómetros de distancia, en Santa Ponça, pintan una situación muy distinta, con una ocupación del 50 por ciento en los hoteles, y entre el 70 y 80 por ciento en los apartamentos, según datos del presidente de los hoteleros, Antoni Roses. Mayo había sido un mal mes, de ocupación escasa y precios con descuento, aunque julio y agosto remontarán un poco con ocupaciones que superarán el 90 por ciento. Roses pide "más concienciación ante esta coyuntura" y potenciar las campañas de promoción.

En el Levante de Mallorca la situación es mala porque "actualmente la mitad de los hoteles están al 50 por ciento de ocupación y se vende con ofertas. Lo malo es que julio será una continuación, con más ofertas y una ocupación floja, no habrá lleno", decía el hotelero Jaime de Juan, presidente de la patronal de Cala Moreia-S´Illot.

En Alcúdia y Can Picafort esperan un julio y agosto "igual o algo mejor que el del año pasado", comentaba la directora general de la cadena JS, Margarita Socias, que preside la asociación hotelera de la zona. Sin embargo, y aunque habrá períodos de lleno total, "será necesario hacer ofertas en julio. La época mejor será la del 15 de julio al 20 de agosto, pero julio empezará muy flojo".

Las empresas de servicios turísticos tendrán distinta suerte esta temporada. La principal compañía de coches de alquiler, Hiper Rentacar, tiene "un junio bueno". "En julio tendremos una buena ocupación de la flota, pero estamos trabajando con precios muy ajustados", dijo su propietario Gabriel Ferrà. Para agosto no habrá problemas "y septiembre se prevé igualmente bueno", aunque teme problemas para vender la flota una vez finalizada la temporada.

En la restauración ven que llega julio "y el poder adquisitivo de la clientela es bajo, se nota la recesión", comentaba el presidente de Pimem, Juan Cabrera, que regenta uno de los restaurantes palmesanos más importantes, el Molí des Comte. El empresario cree que " a final de temporada algunos restauradores se plantearán si continuar o no" dada la poca capacidad adquisitiva de los comensales, y achaca buena parte de la culpa al todo incluido. "Se ha cometido un error, porque Mallorca no es el Caribe. El todo incluido reduce la calidad y la mano de obra, y pone en peligro la viabilidad de zonas emblemáticas".

Los comerciantes están "seriamente preocupados" porque las tiendas turísticas pueden sufrir mucho este verano, dijo el presidente de Afedeco, Bartolomé Servera. "El comercio tradicional pasa por una situación muy mala porque el poder adquisitivo de los consumidores cae en picado", añadió.